Deficiente calidad del agua en la costa

La zona de Progreso, Chicxulub y Telchac Puerto, en malas condiciones ambientales

Mérida, Yucatán, 25 de abril del 2018.- Aunque la costa yucateca tiene un estado de salud “regular”, la calidad del agua de mar es deficiente, es decir, no es buena en ningún puerto. Además, la región comprendida entre Sisal y Dzilam de Bravo, donde se localizan Progreso, Chicxulub y Telchac Puerto, se encuentra en malas condiciones ambientales según los resultados de la Tarjeta de Reporte para la Costa Yucateca 2017.

Esta mañana fue presentado ese documento, elaborado bajo la coordinación de la consultora del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (LANRESC), Irina Ize, quien el año pasado trabajó en talleres con diversos académicos y especialistas en investigación ambiental para evaluar la salud de la costa.  Entre los indicadores que se analizaron se encuentran la cobertura del manglar, la población de flamencos, la calidad del agua, la condición de la playa, la anidación de tortugas, cobertura de pastos marinos y frecuencia de marea roja.

Los resultados del estudio permitieron concluir que el estado de salud de la costa yucateca es “regular”, pero la calidad del agua de mar es deficiente, es decir, no es óptima en ningún puerto.

De acuerdo al texto “Proceso de Desarrollo y Métodos para la Tarjeta de Reporte de la Costa de Yucatán”, los problemas de la calidad del agua se reflejan “en la destrucción y contaminación de humedales, la pérdida de biodiversidad, problemas de salud pública y  socioeconómicos por el colapso de las pesquerías”.

Asimismo, señala que la calidad del agua está relacionada con la magnitud y calidad de los aportes de agua subterránea, aguas residuales urbanas, industriales y agrícolas, tiempo de circulación del agua y residuos orgánicos. Los pastos marinos, las macroalgas y los mangles ayudan a mantenerla.

Por su parte, el biólogo Jorge Herrera Silveira recordó que hay evidencias de que en la Reserva Estatal de Dzilam de Bravo hay manantiales contaminados con materia fecal y que hay relación con las actividades que se llevan a cabo en la zona costera.

Otra de las conclusiones del estudio fue que la región comprendida entre Sisal y Dzilam de Bravo, donde hay mayor desarrollo urbano, se encuentra en malas condiciones ambientales. En dicha zona se ubican los puertos de Chuburná, Chelem, Progreso, Chicxulub, Telchac, San Crisanto, Chabihau y Santa Clara.

El 54% de la extensión de esa área presenta alta erosión, además de que frecuentemente presenta casos de marea roja, el número de nidadas y crías liberadas de tortugas carey y blancas obtuvo una puntuación “regular”, mientras que la cobertura de manglar y pastos marinos fue calificada como “mala”.

Al respecto, Irina Ize sostuvo que la zona mencionada es la que recibe más turistas y su desarrollo urbano está mal planificado, por lo tanto, la mayoría de las casas veraniegas no cuentan con plantas de tratamiento de agua, es decir, los residuos suelen irse al subsuelo y terminan en la cosa. “Es una degradación que lleva años y la presión que tienen Progreso y Telchac por la población es muy importante”, subrayó.

Además, tiene las cifras de captura de especies marinas más alta y se ha reportado que actualmente los pescadores deben viajar distancias más largas y requieren jornadas más prolongadas para obtener la misma cantidad de pescado que obtenían en 1990. De igual forma, en dicha región el porcentaje de pobreza es de 12.95%.

Durante la presentación de la Tarjeta, Herrera Silveira insistió en la necesidad de que se implementen programas de monitoreo para continuar con el análisis del estado de salud de la costa y para generar políticas públicas que reviertan los daños en la zona. También sugirió el cobro de un impuesto a los empresarios localizados en la costa, para que se implementen programas que reparen el daño ambiental.

A su vez, el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), Eduardo Batllori Sampedro, indicó que los recursos disponibles para estudiar y proteger el medio ambiente “son escasos” y que las prioridades de las autoridades “no favorecen mucho”, pero insistió en que la academia “debe presionar” para que se generen cambios en el rubro. Se prevé realizar una Tarjeta cada 3 o 5 años. (Lilia Balam)