Alerta Iglesia por daños al planeta

El Arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega (Foto: Jorge Euán).

Arzobispo de Yucatán pide ver en catástrofes naturales un llamado de Dios al arrepentimiento

Mérida, Yucatán, a 21 de febrero de 2021.- En su mensaje de este domingo, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, señaló que los daños causados a la naturaleza generan eventos adversos que son un llamado al arrepentimiento y la conversión y de ninguna manera son un castigo de Dios.

“Dios no castiga en ninguna forma, y que, en todo caso, la naturaleza nos presentan circunstancias adversas que son oportunidades para reconocer que Dios es grande; y nosotros pequeños, y entonces arrepentirnos de nuestros pecados. Dios nos puede ayudar con el apoyo de médicos y de vacunas frente a esta pandemia”, manifestó.

Afirmó que en la naturaleza sigue habiendo inundaciones, como las del año pasado en el sur de nuestro Estado, “e igualmente Dios nos puede ayudar por la acción de nuestras autoridades, moviendo también los corazones de los que, en forma voluntaria, colaboran para rescatar o llevar alimentos a quienes los necesitan”.

Comentó que esta semana hubo un temporal de temperaturas congelantes en gran parte del norte del planeta, incluyendo el norte de México, provocando cortes de servicio eléctrico en grandes áreas, así como tuberías reventadas que cortan el servicio de agua.

“La gente sensata está entendiendo que todo esto, lejos de ser un castigo de Dios, es efecto del cambio climático por el calentamiento provocado por la contaminación ambiental a causa del hombre”, afirmó.

El Prelado indicó que el progreso humano de los últimos dos siglos ha sido sólo material, de beneficio económico para una pequeña parte de la población, pues la mayoría ha sufrido injusticia y pobreza, “y todos enfrentamos ahora las consecuencias de haber maltratado nuestra tierra”.
“Hoy que enfrentamos la pandemia, el fenómeno de las migraciones desbordadas, el cambio climático y tantos problemas comunes, nos llevan a comprender que somos una sola familia humana en una Casa Común, la tierra que habitamos”, puntualizó.

Jorge Euán