Costoso último adiós

No siempre nos ponemos a pensar “cuánto cuesta morir”, o si nuestros familiares están preparados financieramente

Mérida, Yucatán, 27 de octubre de 2016.- Para la muerte nadie está preparado,  pues incluso en esos momentos de fuerte dolor en el seno familiar, el factor económico juega un papel primordial, ya que no sale nada barato encargarse de los gastos funerarios que surgen para darle el último adiós a un ser querido.

Cuando la muerte llega, el dolor que embarga a las familias va de la mano con todos los trámites legales propios que se tienen que realizar para obtener el acta de defunción, así como buscar espacios para la velación y un lugar que será la última morada de quien murió.

Todo cuesta, incluso la muerte, y son en esos momentos de tristeza cuando la solidaridad de la familia y los amigos suelen ser la solución para cubrir los gastos funerarios, pues en muchos casos, debido a la difícil situación económica que enfrentan cientos de familias, no cuentan con los recursos suficientes para despedir  al ser querido que perdió la vida.

No siempre nos ponemos a pensar “cuánto cuesta morir”, o si nuestros familiares están preparados financieramente para encargarse de esos gastos, que van desde comprar coronas de flores, la tumba, pagar el traslado de la carroza y los servicios de velación, rentar las bóvedas en el cementerio o costear la incineración del cuerpo.

La burocracia al morir

Lo último que la gente quiere hacer cuando algún familiar suyo fallece, son los trámites burocráticos, pero son necesarios para inhumar los cuerpos y para contar con el certificado legal correspondiente. Claro, todo tiene un precio en el Registro Civil, no caro, pero sí es engorroso.

Por ejemplo, cuando fallece un niño, niña o una persona soltera, los familiares tienen que pagar 24 pesos por el derecho de inhumación, así como 56 pesos por el derecho de defunción. También pagar el acta de defunción y la de nacimiento, que cuestan 59 pesos cada uno.

Sin esos documentos que proporciona el Registro Civil, las autoridades municipales en los cementerios o las empresas privadas no pueden dar los servicios funerarios correspondientes.

Al tratarse de un adulto casado, parte del trámite para la inhumación es que tienen que llevar el acta de matrimonio, y si no cuentan con este documento a la mano, tiene que pagar 59 pesos en el Registro Civil.

Y si además su pareja ya falleció, no sólo tiene que presentar el acta de matrimonio, sino también pagar el acta de defunción del conyugue, que cuesta lo mismo.

La última renta

 El ayuntamiento de Mérida está a cargo de cinco cementerios principales en la ciudad, que aún cuentan con espacios suficientes para que los familiares entierren a sus muertos, y en esos lugares ofrecen tres esquemas para adjudicar la concesión de bóvedas a tres años, cinco años y perpetuidad.

En los panteones de Chuburná, el General y Xoclán, la renta de las bóvedas a tres años es de 2 mil 334 pesos, y la de 15 años está a 4 mil 339 pesos, mientras que la perpetuidad cuesta 6 mil 574 pesos.

En los cementerios Jardines de la Paz y Florido la renta es un poco más cara, pues los espacios por  tres años es de  3 mil 725 pesos, a 15 años 7 mil 457 pesos, y la de manera indefinida a 11 mil 175 pesos.

Al finalizar el periodo de renta de las bóvedas, el Municipio avisa a los familiares que tienen que rescatar los restos áridos del ser querido, por lo que cuentan con dos meses de tolerancia para realizarlo.

Las personas entonces tienen varias opciones, ya sea adquirir una bóveda a perpetuidad, o la incineración de esos restos –que se realiza en el cementerio Xoclán-, servicio que tiene un costo de aproximadamente 2 mil pesos, para que puedan obtener las cenizas para colocar en alguna cripta.

Por su parte, el director de Servicios Públicos Municipales del ayuntamiento, Luis Jorge Montalvo Duarte, explicó que en los otros 33 cementerios que se ubican en las comisarías y sub-comisarías de Mérida, no se ofrecen servicios de renta de bóvedas a los vecinos, más bien se los prestan por un tiempo de tres años.

“En esos panteones no hay perpetuidad, más bien  se gestiona la exhumación para tener más espacios para futuros fallecimientos, y los pobladores compartan los espacios, es decir, no se concesionan las bóvedas a las familias en particular”, agregó.

Dijo que el  Departamento de Panteones se coordina con los comisarios de cada localidad para proporcionales las bóvedas cuando muere alguien, y de manera gratuita se brinda el servicio de  exhumación para cuando se requiere el espacio para otro cuerpo. (Consulte el reportaje completo en la última edición impresa de nuestra revista Desde el Balcón)