Pues aunque el gobierno del Estado decidió que el 2 de noviembre se reabran playas, boliches y parques públicos, la realidad es que el sector salud estará obligado a emplearse a fondo para lograr que la gente continúe cumpliendo con los protocolos de salud y se evite que el número de contagios y casos del Covid-19 impacten como ha ocurrido en otras entidades del país.
El titular de Salud, Mauricio Sauri Vivas, que ha tratado de ser «cuidadoso», sino es que esquivo en el tema del Covid-19 y de otros aspectos del sector a su cargo, deberá ser más que eficiente para garantizar que el sistema hospitalario en Yucatán no colapse y que el nivel de contagios de la pandemia siga a la baja.
El riesgo es elevado. Yucatán está urgido de la reapertura de sus actividades económicas que permitan el sustento de las familias, pero cualquier descuido podría llevar nuevamente al Estado a un nivel de alerta y de focos rojos.
En ese sentido, la paulatina reapertura económica debe ser vista como una necesidad para todos, pero también como una obligada responsabilidad de autoridades y ciudadanía para que no haya sustos innecesarios y problemas mayores.
Desde el Balcón