Descubren fogatas de los primeros habitantes de América

Con una antigüedad de 10 mil 500 años, colocadas en lugares estratégicos

Tulum, Quintana Roo, 7 de mayo del 2020.- Descubren hogueras usadas por los primeros habitantes de América, en la cueva inundada Aktun-Ha, cerca de Tulum, en Quintana Roo.

Científicos de la UNAM participaron en el descubrimiento de los vestigios más antiguos, pues se trata de fogatas con antigüedad de 10 mil 500 años, colocadas en lugares estratégicos que permiten obtener fuego e iluminación, y son una guía para regresar a la superficie.

«Constituyen una evidencia de las estrategias de supervivencia, capacidades de organización y planeación, además del sentido simbólico y ritual de las cuevas para los primeros habitantes», precisó Alejandro Terrazas Mata, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

La investigación fue dada a conocer hace unos días en la revista internacional Geoarchaeology, realizada en el Instituto de Geología (IGL), con el apoyo del IIA, y en conjunto con integrantes del INAH, y confirma la hipótesis de que se trata de vestigios del uso de fuego de los primeros pobladores de la Península de Yucatán.

Aktun-Ha es un cenote en total oscuridad que hace 15 mil años, cuando el nivel del mar era 150 metros más bajo que el actual, estaba seco. Los primeros pobladores pudieron usarla de morada o para realizar rituales.

Arqueólogos de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron 15 acumulaciones de carbón en ese sitio único, a 30 metros bajo el agua y unos 100 metros de la entrada, en el salón o galería conocido como Cámara de los Ancestros.

Estas hogueras fueron cuidadosamente documentadas, medidas y muestreadas, junto con los expertos de la Universidad Nacional, informaron Terrazas Mata y Elizabeth Solleiro Rebolledo, del IGL.

El sistema geológico Aktun-Ha se ubica en el corredor de Playa del Carmen a Tulum, donde se conecta un conjunto de cuevas y fracturas. La entrada de la cueva está en el cenote, para ingresar a la Cámara de los Ancestros se necesita de buceo especializado. Ahí no se encontró más evidencia arqueológica que las posibles hogueras y restos de rocas que parecían quemadas.

«Se tenía que verificar que realmente esos restos eran carbón y si las evidencias eran producto de la actividad humana o se habían trasportado por las aguas superficiales y subterráneas hasta llegar al sitio. Para ello se instrumentó una metodología en tres fases: experimental, donde se quemaron rocas para determinar sus cambios físicos por el fuego; de campo, con la toma de muestras de carbones y rocas quemadas; y de laboratorio, para el análisis y datación de los carbones, entre otros aspectos», dijo Elizabeth Solleiro.

Se encontró, entre otros resultados, que la «edad» de las hogueras es de 10 mil 500 años y que los carbones se produjeron in situ; el fuego se originó ahí mismo y las temperaturas alcanzadas en esas fogatas fueron de entre 200 y 600 grados centígrados.

Posiblemente algunas de las hogueras se usaron para preparación de comida o para calentar, y las que se encontraron en una especie de nichos podrían haber servido para iluminar el lugar, concluyó.

Agencias