Hoy definen a la nueva ministra de la SCJN

Margarita Ríos-Farjat, Diana Álvarez y Ana Laura Magaloni, la terna enviada por AMLO al Senado

Ciudad de México, 5 de diciembre de 2019.- Las aspirantes a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Margarita Ríos-Farjat, Diana Álvarez y Ana Laura Magaloni se pronunciaron por la autonomía e independencia del Poder Judicial, así como su fortalecimiento; se dijeron dispuestas a reducir su salario y rechazaron cualquier vínculo político, de amistad o parentesco en el máximo tribunal de justicia del país.

La terna enviada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador prevén presentarla hoy ante el pleno para elegir en votación por cédula y mayoría calificada a quien sustituirá a Eduardo Medina Mora.

En su comparecencia, que se prolongó por tres horas, Ríos-Farjat afirmó que el máximo tribunal del país no debe ser oposición ni partidario y garantizó que, de ser electa como ministra actuará con total autonomía frente al Poder Ejecutivo, no obstante que, admitió haber recibido presiones de intereses económicos en su cargo como jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

“Mi independencia y mi autonomía las garantiza mi vida, quién soy, de dónde vengo, lo que hago, lo que he sido. He tenido muchas formas de probarme a mí misma en el ámbito profesional. Donde estoy es un lugar en el que se reciben presiones constantes, cada día. Toda mi vida he sido independiente y autónoma”, sostuvo.

Cuestionada por la panista Indira Rosales sobre su postura en torno al aborto, aseguró: “no creo que debamos penalizarlas en caso de violación, riesgo del bebé, riesgos de la madre; ésa es mi posición, no veo mujeres en la cárcel por abortar”.

Incluso, relató una experiencia personal de hace algunos años, cuando sufrió un aborto, por lo cual este tema “para mí es espiritual. Es una cosa que te acompañará siempre; sin embargo, de ahí a penalizar a gente que esté en la cárcel, eso me parece igual de dramático”.

Más adelante, Ríos-Farjat señaló “jamás he recibido una llamada del Presidente (López Obrador) ni de servidores públicos solicitando ojos animosos u ojos vengativos contra algún contribuyente”.

Desde el mediodía inició la pasarela de aspirantes con la participación de Diana Álvarez, quien garantizó plena autonomía en la toma de sus decisiones como ministra, sin ningún tipo de influencia, favoritismo o prejuicio que afecten sus juicios.

“No tengo ni he tenido ningún vínculo de amistad o parentesco que pudiera afectar la independencia de mi función y decisión en caso de ocupar el cargo de ministra de la Corte. Soy y siempre he sido una mujer profesional, independiente e imparcial”, afirmó.

La aún subsecretaria de Gobernación negó tener intereses personales, partidistas o de grupo que pudieran influir en sus decisiones: “nunca las he tenido”.

Asimismo, se pronunció por ser una ministra extramuros para sentir, ver y palpar los casos para dar mejores fallos; así como mejorar la productividad en la Corte, ya que el máximo tribunal del país debe ser fuente de estabilidad y paz, pero también motor de cambio social a través de criterios y resoluciones que impriman dinamismo a la Constitución.

Opinó que la SCJN debe mantener una elevada calidad y técnica jurídica, pues la justicia debe ser la regla, no la excepción.

Agregó que las resoluciones de conflictos deben dar más soluciones que problemas: “no basta con respetar el debido proceso, debemos respetar a las personas, su tiempo, su dolor y su pena, su anhelo de justicia, su membresía como parte del pueblo soberano”.

Más tarde compareció Ana Laura Magaloni, quien describió a México como un país azotado por la violencia y la corrupción, por la arbitrariedad de la ley del más fuerte, “un México partido, en el que la justicia lleva demasiado tiempo torcida”.

Y añadió que “vivimos en un país injusto, un México atravesado por la desigualdad, por el privilegio, por el conflicto y por la incertidumbre”, por lo que  la Suprema Corte aún tiene tareas pendientes relacionadas con la distancia que hay entre el tribunal y quienes viven alejados de la ley.

También pronunció por reducir los requisitos procedimentales que hoy impiden a la mayoría acceder a la justicia constitucional: “es increíble que el amparo sea un juicio tan técnico y especializado”.

Magaloni Kerpel opinó que todos los procesos de cambio generan tensiones y producen conflictos; también resistencias y medios legítimos. En este contexto necesitamos, más que nunca, un árbitro creíble, legítimo e imparcial.

  • El Dato: Eduardo Medina Mora renunció como ministro cuando aún le quedaban 11 años en el cargo. Aunque no especificó el motivo, el Senado avaló su decisión con 111 votos a favor.

Agencias