Este jueves pareció uno de los días más difíciles para autoridades y población de Yucatán ya que al entrar al «pico mayor» de los contagios del coronavirus ocurrieron 80 nuevos casos en un solo día así como 11 defunciones a causa de ese virus y, en paralelo, en la sede del Congreso del Estado, se demoró la solicitud de empréstito del gobierno de Yucatán por mil 728 millones de pesos de lo que sería un «plan de reactivación económica» y generación de 30 mil empleos, después de que pase lo peor de la pandemia.
El gobierno del Estado, respaldado con una parte del sector empresarial, el obrero y hasta Diputados y Senadores de otros partidos (PRI), respaldan la propuesta del empréstito a sabiendas de que el gobierno Federal no enviará ningún recurso extraordinario ni para dinamizar a las empresas ni tampoco para generar empleos.
Una situación bastante compleja. A nadie le atrae la idea de la deuda, pero es sabido que, tras la paralización ocurrida por el contagio del virus, será mucho muy difícil echar andar de nuevo la maquinaria económica y laboral de Yucatán.
De encima, las inversiones extranjeras con los parques eólicos están en riesgo (4,500 millones de pesos), ante las nuevas directrices de la Federación en materia de regulación energética y, por tanto, no pareciera existir una salida rápida y que no vaya a evidenciar la necesidad de contar con dinero.
Por tanto, la solicitud del empréstito que seguirá sujeta a discusión quedará en manos de los diputados (sobre todo una parte de los del PRI, de Morena y el PRD), que hasta ahora dicen que no a esa demanda.
Desde el Balcón