La chaya, modelo de investigación botánica

Relación genética entre la chaya cultivada y silvestre explica la domesticación de otras especies

Mérida, Yucatán, 5 de agosto de 2021.- Un equipo de investigadores del Cinvestav-Unidad Mérida estudia la relación genética entre la chaya domesticada y la silvestre para conocer sus interacciones ecológicas, de manera que la planta emblemática de Yucatán sirva de modelo para el estudio de la domesticación de otras especies de vegetales.

“La chaya es una de las 500 especies de quelites silvestres empleados en la gastronomía típica nacional. Desde la época prehispánica esta planta endémica de la Península de Yucatán ha sido empleada en diversos platillos de la región, desde tamales hasta bebidas refrescantes” señaló Miguel Ángel Munguía Rosas, científico que encabeza el proyecto de investigación.

Indicó que el estudio se enfoca en la chaya silvestre, la cual posee defensas químicas, como ácido cianhídrico, así como vellos urticantes que producen lesiones a quien la recolecta.

“Para lograr la recolección de la chaya fue necesaria su domesticación por lo que actualmente tiene pocas toxinas y es escasamente urticante, sin embargo, el estudio reveló que la chaya silvestre y cultivada en la Península de Yucatán coexisten, incluso ambas se pueden encontrar a menos de un metro de distancia”, explicó.

Comentó que la investigación reveló que esta coexistencia incrementa la probabilidad de un intercambio genético entre ambas variedades, lo cual representa un desafío mayor para sus domesticadores porque a través del polen la chaya cultivada podría volver a generar toxinas”, explicó.

Comentó que el proyecto busca que ambas variedades de chaya coexistan sin que se altere el contenido genético de la domesticada.

“La chaya se ha convertido en un modelo para estudio científico de la divergencia de especies hermanas en coexistencia, por ello, nuestro equipo realiza estudios genómicos para conocer la historia de la domesticación y tener un panorama de cómo ha ocurrido la divergencia de plantas silvestres y domesticadas”, manifestó.

Sin embargo, reconoció que la domesticación de cualquier especie de plantas es un proceso que encierra incógnitas y en el caso de la chaya, por tener un ancestro común, tanto la silvestre y como la cultivada realizan un intercambio genético a través de la polinización.

Por lo tanto, “los cultivos domesticados que coexisten con sus parientes silvestres son un excelente modelo para entender el proceso de aislamiento reproductivo entre especies hermanas de plantas”, puntualizó.

DATO

El estudio de Cinvestav Mérida confirma que la chaya tiene un alto contenido de nutrientes, como hierro, calcio, potasio, vitaminas A y C.

Jorge Euán