Desde disputas familiares hasta la presente acusación por lavado de dinero y asociación delictiva, mantienen al directivo envuelto en querellas
CIUDAD DE MÉXICO.
Guillermo Álvarez, presidente de Cruz Azul, se encuentra en medio de lo que quizá es el mayor escándalo que ha enfrentado como dirigente del conjunto celeste y como director general de la Cooperativa de la empresa cementera de la que se ha hecho cargo desde finales de los años 80.
No obstante, esta no es la primera polémica en la que se ha involucrado al mandamás celeste y a los vicepresidentes del conjunto de La Máquina, debido a que en varias ocasiones han dado más de qué hablar por los temas extra cancha que por los logros deportivos.
Los problemas familiares se han hecho presentes entre los hermanos Guillermo y Alfredo Álvarez al interior de la Cooperativa Cruz Azul, en 2010 un grupo de socios disidentes encabezados por Alfredo interpusieron demandas por fraudes y lavado de dinero en contra de Billy, retirándolo temporalmente de su cargo.
Asimismo, Guillermo Álvarez Cuevas fue acusado en su momento de fraude al ceder sin permiso alguno la licencia del Club Deportivo, Social y Cultural Cruz Azul, sin que la Cooperativa recibiera una sola regalía de esto.
En 2014 Billy fue restituido en su puesto, pero los pleitos con los socios opositores no cesaron y en el 2019 se vivió uno de los años con más tensiones entre ambas partes, ya que algunos disidentes tomaron las instalaciones del corporativo de la cooperativa, exigiendo destitución del director general. Asimismo, esos mismos socios se hicieron presentes en la Federación Mexicana de Futbol y en Palacio Nacional para continuar con sus demandas.
También el año pasado Víctor Garcés, cuñado de Billy Álvarez, interpuso una demanda en su contra para pedirle cuentas del manejo de su presidencia en Cruz Azul durante los últimos años, resultando esta improcedente. Cabe destacar que Garcés fue inhabilitado como vicepresidente del cuadro cementero.
Por último, en este 2020 llegó un duro golpe para la directiva celeste, debido a que se les ha acusado de lavado de dinero y asociación delictiva, llegando a congelarles sus cuentas bancarias, mientras la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda les realiza una investigación.
Excélsior