Mataron y quemaron a los 43 estudiantes

Los fragmentos de huesos y cenizas serán enviados a un laboratorio austriaco para conocer la identidad de las víctimas, informó Jesús Murillo Karam.

México, 08 de noviembre del 2014.- Tres hombres detenidos por los hechos de Iguala, pertenecientes a la banda Guerreros Unidos, confesaron haber asesinado e incinerado “a 43 o 44” personas en Cocula, de quienes quedaron dientes, fragmentos de huesos y cenizas, restos que serán enviados a un laboratorio austriaco para conocer la identidad de las víctimas, informó el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.

“Los tres capturados — Patricio Reyes Landa, El Pato; Jonathan Osorio Gómez, El Jona, y Agustín García Reyes, El Chereje— son miembros de Guerreros Unidos y al rendir su declaración confesaron haber recibido y ejecutado al grupo de personas que les entregaron los policías municipales de Iguala y Cocula.

“Los testimonios y confesiones que hemos recabado, aunadas al resto de las investigaciones realizadas, apuntan muy lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula”, agregó.

Los sospechosos fueron capturados la semana pasada y en la “reconstrucción de hechos” narraron la forma en que se cometió la ejecución masiva y cómo se intentó borrar la evidencia al quemar los cadáveres.

En un video proyectado durante la conferencia de prensa, encabezada por el procurador, se observa una conversación con uno de los detenidos, identificado como Agustín  García Reyes, El Chereje.

—¿Cuántos estudiantes traían? —le preguntan al detenido.

—Dicen que eran 44. Yo oí, así que los haya contado uno por uno, no.

—Quién te dijo —le cuestionan.

—Ellos.

—¿Quién?

El Pato y El Guerreque, decían son 44 o 43, así yo nomás oí. Que los haya contado, no. Pero sí eran hartos.

Los delincuentes, por órdenes de un sujeto apodado El Tuerto, colocaron los restos humanos en ocho bolsas de basura que vaciaron en el río San Juan, una de las cuales fue hallada por los investigadores, reveló el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, con base en la indagatoria y las declaraciones de tres detenidos.

En otro video se observa a un detenido más explicando la forma en la que incineraron los cadáveres:

—Comenzaron a poner piedras, de manera que quedara un círculo de pura piedra y encima de  las piedras se aventaba la llanta y encima de la llanta se metía la leña y ya los cuerpos al principio los iban acomodando así, una plancha y ya después así, hasta que se  acomodaron los cuerpos.

—¿Les rociaron algo? —pregunta uno de los uniformados que escuchaba la confesión.

—Sí, llegó El Huasaco con diésel y gasolina y bañaron los cuerpos.

En conferencia de prensa, el procurador dijo que la indagatoria realizada por la PGR “podría indicar” que los estudiantes fueron ejecutados; sin embargo, el estatus jurídico de los normalistas continúa como “desaparecidos”, hasta que se puedan identificar los restos que se hallaron en el basurero de Cocula y en el río San Juan.

Los restos óseos encontrados en las bolsas ya son analizados por peritos de la PGR y del grupo de peritos argentinos, quienes determinaron que por su alto nivel de degradación será difícil la extracción de ADN, expuso Murillo Karam.

Por ello, ambos grupos de especialistas coincidieron en que las evidencias deben ser analizadas por laboratorios altamente especializados, y se determinó que el idóneo es el que se localiza en la Universidad de Innsbruck, en Austria; aunque no estableció fecha para la entrega de los resultados.

Murillo Karam comentó que hay pruebas suficientes de que José Luis Abarca, ex presidente municipal de Iguala, dio la orden de detener a los estudiantes y entregarlos a Guerreros Unidos, ante quienes los hicieron pasar como miembros de Los Rojos, organización criminal antagónica.

El funcionario reiteró que los normalistas no tenían vínculo alguno con la delincuencia organizada, y aun así fueron “interrogados” por los criminales que intentaron saber si tenían algún nexo con Los Rojos.

Señaló que hay 10 órdenes de aprehensión contra personas que participaron en la desaparición de los normalistas, entre ellos Gildardo López Astudillo, El Gil, lugarteniente de Sidronio Casarrubias, líder de Guerreros Unidos, y Felipe Flores, ex jefe de la policía municipal de Iguala.

Después del tiroteo en el que policías municipales mataron a seis personas la noche del 26 de septiembre, entre ellos tres normalistas, los 43 alumnos fueron detenidos con violencia y trasladados a la central policiaca, donde con apoyo de la policía municipal de Cocula fueron llevados en patrullas por una brecha hacia la zona Loma de Coyote.

“Ha quedado acreditado por las investigaciones del Ministerio Público federal que en este punto, entre Iguala y Cocula, los policías municipales entregaron a los detenidos a Guerreros Unidos.

En lugar de tomar el camino a Pueblo Viejo, lugar que fue en primera instancia señalado por la Fiscalía de Guerrero, los detenidos declararon que circularon por la carretera con dirección a Cocula, para posteriormente dirigirse al basurero de ese municipio, donde asesinaron a las víctimas.

Los cuerpos ardieron aproximadamente 14 horas, desde la medianoche del 27 de septiembre con la custodia de los criminales, que hicieron relevos hasta que los cadáveres se redujeron a cenizas. En el basurero de Cocula y en el río San Juan se hallaron fragmentos humanos y piezas dentales.

El Chereje declaró que algunos de los cuerpos de los estudiantes los apilaron y “columpiaron” para arrojarlos al fondo del basurero, y entre los participantes señaló a un sujeto con el alias de El Bimbo.

En la “reconstrucción de hechos”, El Jona dijo que los estudiantes fueron trasladados en una camioneta de redilas, y que unos 15 ya habían muerto por asfixia cuando llegaron al basurero.

 

En caso de ser enviados a la Universidad de Innsbruck, los restos hallados por la PGR en Cocula serán analizados por uno de los equipos de forenses más reconocidos del mundo.

Son un grupo dirigido por Parson Walther, un científico multipremiado que ha participado en investigaciones como la identificación de los restos de dos de los hijos perdidos del zar Nicolás de Rusia y que analizó un supuesto cráneo de Mozart.

De acuerdo con Murillo Karam, el laboratorio austriaco fue el único que aceptó analizar los restos dañados por el fuego.