Pandemia habría agravado el abuso sexual infantil

Investigaciones arrojan que el setenta por ciento de los casos se dan en los hogares

Mérida, Yucatán, 15 de junio de 2020.- Muchas voces revelaron que la violencia hacia las mujeres aumentó durante el confinamiento en la entidad, sin embargo, no son el único grupo vulnerable que pudo haber estado en riesgo, se prevé que hay variables de comportamiento social que pudieron detonar un posible aumento en los casos de violación o abuso sexual infantil desde el inició la contingencia sanitaria.

El doctor en psicología y director del Instituto Interdisciplinario de Psicología Jurídica (Psic. Jurid), Paulino Dzib Aguilar, en entrevista con Desde el Balcón, advirtió que la violencia sexual en contra de las y los menores pudo haberse disparado, no obstante, –precisó– que hay cuatro factores que lo pudieron contener.

El doctor en psicología y director del Instituto Interdisciplinario de Psicología Jurídica, Paulino Dzib Aguilar

Durante la entrevista ahondó sobre cada variable, pero enfatizó, que “no quiere decir que las niñas y niños hacinados fueron menos abusados”, ya que las personas pedófilas tienen un comportamiento disfuncional y “encontrarán la manera de cometer sus actos”.

VARIABLES DURANTE LA PANDEMIA

Dzib Aguilar, expuso, que sus investigaciones arrojan que el setenta por ciento de los casos se dan en los hogares, no solo en Yucatán, sino también, en comparación con datos a nivel mundial (variable 1).

Explicó que los victimarios suelen tener relación afectiva con las víctimas, y se dan en el siguiente orden familiar: padrastros, tíos, primos, medios hermanos y último lugar, los abuelos (variable 2).

Agregó que las condiciones para cometer un abuso de este tipo se dan principalmente cuando los cuidadores [madres, padres o tutores] están ausentes de los menores. Además, sostuvo que el horario principal utilizado por los agresores es en la noche (variable 3).

También dijo, que durante los últimos meses, la dinámica social cambió, y las familias estuvieron confinadas adentro de sus hogares para protegerse del Covid–19 (variable 4).

Recapituló que al conjugar las cuatro variables anteriores, se puede interpretar que las casas no estaban solas y que por lo menos había más de un cuidador a cargo de los pequeños, a esta condición –explicó– que se le conoce como “criminorepelente”, es decir, que diversos factores ambientales o sociales previenen o impiden que se consuma el delito.

LEY SECA

Sostuvo que a diferencia de las agresiones en contra de las mujeres, la ley seca pudo haber jugado un papel positivo, ya que no solo los agresores estaban en sobriedad, sino también los cuidadores.

“El alcohol juega un papel importante en la comisión del delito, y no solo en el victimario, sino también en la persona encargada de cuidar a los niños; es decir, cuando el cuidador consume bebidas embriagantes, baja la guardia, descuida a los menos y el abusador hace de las suyas”, puntualizó.

AUMENTO O DISMINUCIÓN

El doctor consideró que si pudo haber un aumento en los casos de abuso y violación infantil, sin embargo –expresó–, también hubo elementos que repelieron esta conducta sexual.

Recomendó que cuando un menor manifieste que está siendo abusado, es de suma importancia que lo lleven con un o una psicóloga profesional y no lo estén interrogando los propios familiares, porque en ocasiones, crean historias que no sucedieron, y los contaminan mentalmente, y esa situación puede ser contraproducente penalmente hablando, en caso de iniciar un proceso judicial.

Si una mejor, o niño manifiesta conductas extrañas de parte de alguna persona (miradas, fotografías o acercamientos), es necesario escucharlas, creerles, aumentar la vigilancia y separarlos de los posibles agresores, finalizó.

Javier Escalante Rosado