Plataformas de comida, refugio de desempleados de la pandemia

Crece el número de repartidores de aplicaciones digitales.

Mérida, Yucatán, 19 de marzo de 2022.- La pandemia ocasionada por el Covid-19 dejó a millones de personas sin trabajo en el mundo. En Yucatán se habla de despidos de hasta 25 mil trabajadores tan solo en la formalidad.

El refugio de estos trabajadores fueron los servicios a través de aplicaciones de interne, donde encontraron cobijo desde vendedores hasta profesionistas.

A decir de la población en general la expansión de las plataformas de entrega a domicilio ha generado importantes beneficios en la economía yucateca y particularmente, la meridana, pues es en la capital donde se utilizan en un 96 por ciento

Entre estos beneficios se encuentran: mayor generación de riqueza en el sector restaurantero; aumento sostenido en la cantidad de repartidores, con mayor flexibilidad de horarios e ingresos promedio por encima del ingreso promedio del total los ocupados de la economía; menores contagios, hospitalizaciones y fallecimiento por Covid-19; y menor uso de automóviles.

En Mérida operan diferentes plataformas: Didi Food, Uber Eats, Rappi, entre otras. Esto permite a los trabajadores ampliar su cartera de envíos, pues pueden trabajar para todas a la vez.

Por ello, se reportó un incremento de repartidores en plataforma, como lo indica una consulta realizada este medio a restaurantes y comercios que cuentan con este servicio.

“Antes de la pandemia, tardábamos mucho en atender un pedido porque no había muchos chicos trabajando en las plataformas. Pero desde que comenzó el Covid, se incrementó en casi 60 por la disponibilidad”, dijo Arturo López, dueño de un restaurante en la zona de la 42 Sur.

Por su parte, reportes parciales no oficiales de las plataformas citadas refieren que el número de afiliados creció en hasta 60 por ciento en la parte más álgida de la pandemia. Sin embargo, ha disminuido al quitarse restricciones y porque muchos fueron recontratados en sus antiguos empleos.

Por otro lado, en el del empleo informal, se reabrieron los tianguis y el ambulantaje regresó a las calles y los trabajadores de estos ramos que se encontraban en las plataformas las abandonaron.

Raúl Cimé, un repartidor en activo, relató que él era conductor de Uber, pero las restricciones impuestas por el Gobierno le hicieron pasarse a la modalidad de comida y ahí se quedó.

“La gente se acostumbró a pedir a domicilio sus alimentos y eso nos benefició. Como repartidor ganó hasta el doble de lo que obtenía como conductor”, dijo.

Las plataformas también abrieron una oportunidad a jóvenes estudiantes. Al tener flexibilidad de horario y requerimientos mínimos -con tener una bicicleta basta-, los universitarios encontraron un nicho de empleo donde obtienen ingresos sin experiencia previa y sobre todo, manejando sus tiempos para cumplir en ambos.

Jeanete Alonso, alumna de la facultad de Ingeniería de la Uady, señaló que ella usa una bicicleta para repartir y le trabaja a los negocios cercanos a su centro de estudios.

“Llego temprano a clases y cuando sé que tengo tiempos muertos, activo mi aplicación para que caigan pedidos. Así saco para mis materiales y alimentos, y cuando tengo que regresar a clases lo hago sin problemas como pedir permiso en el trabajo o acudir con los jefes para ir a hacer trabajos en equipo”, relató.

El análisis reveló también que las plataformas rompieron la brecha de género. Si bien son mayoría los repartidores del género masculino, son muchas las mujeres que ven en esta oportunidad un negocio redituable que les permita solventar los gastos del hogar.

(Tomás Gómez)