Realizan conversatorio sobre matrimonios igualitarios

Cuatro parejas de matrimonios del mismo sexo, compartieron los procesos legales y sociales que tuvieron que enfrentar para casarse en Yucatán.

Mérida, Yucatán, 22 de marzo de 2019.— La asociación Red de Personas Afectadas por el VIH (Repavih) realizó la segunda parte del conversatorio denominado “Bodas Civiles Gay en Yucatán”, evento moderado por el doctor Douglas Canul Rodríguez y que contó con la exposición de cuatro parejas de matrimonios del mismo sexo, quienes compartieron los procesos legales y sociales que tuvieron que enfrentar para casarse; asimismo remarcaron que la discriminación en muchas ocasiones es derivado de la ignorancia. 

Las parejas coincidieron que muchos servidores públicos en el Registro Civil o en Seguro Social no están capacitados para atender los casos y que a sus familia les costó un poco de trabajo entender la situación, pero con el tiempo lo aceptaron. Esperan que las y los diputados del Congreso del Estado de Yucatán, puedan aprobar la iniciativa, tal y como ha resuelto la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Miguel y Jhony

Tienen dos años de casados y fueron los primeros en exponer; aseguran que no gastaron un “solo centavo” en el amparo, debido a que ellos realizaron toda la documentación legal. Revelaron que algunos restaurantes de Mérida aún son cerrados ideológicamente, y no les permitieron “pedirse matrimonio” como cualquier pareja heterosexual lo hace. 

“Nos pasaron copias y formatos del amparo, y nosotros hicimos todo el trámite que duró alrededor de tres meses y medio; en total fuimos tres veces al Registro Civil y tres veces al Juzgado; fue bastante rápido”, detallaron.

Agregaron que por cuestiones “religiosas” una juez del Registro Civil de Mérida rechazó casarlos, y tuvieron que cambiarla, “pero nos fue muy bien, ya que la nueva juez que nos designaron era la primera vez que casaba a una pareja y se puso muy emocionada de que fuera un matrimonio gay”, revelaron.

Aunque la mayoría de la familia aceptó su relación, reconocieron que uno de sus familiares cercanos decidió no ir a la boda bajo un argumento religioso.

Natalia y Mary

Ellas viven juntas desde hace nueve años, y en el 2017 se casaron. Son las primeras mujeres que contrajeron matrimonio en Hunucmá, y marcaron un precedente al ser el primer matrimonio civil del mismo sexo fuera de Mérida. Nuevamente, en su caso, la ignorancia salió a relucir. En diversas ocasiones les negaron aceptar sus papeles en el Registro Civil de mencionado municipio, argumentando que sólo en Mérida podrían casarse, y para ello tendrían que acudir al Congreso del Estado de Yucatán.

“Tuvimos una ceremonia sencilla en nuestra boda, sin embargo me quedé con un mal sabor de boca debido a que la Juez que nos casó no sabía que decir, algo que no ocurre en Quintana Roo, donde las autoridades ya son más abiertas”, explicó Natalia.

Mary afirmó que tenían “muchas cosas juntas” y que por seguridad decidieron matrimoniarse. “Hasta cierto punto somos personas tradicionales, y también queremos adoptar, para ello es necesario casarnos antes”, refirió.

Dijeron que provienen de una familia religiosa. “Mi mamá sigue presentando a mi esposa como mi amiga, y yo la corrijo, y le digo que es mi esposa, pero lo hace por temor a que seamos discriminadas”, finalizó Mary.

Víctor y Diego Cerón

Ambos son figuras públicas, trabajan en la industria restaurantera y en el diseño de modas. Ellos dijeron que celebraron una boda de ensueño, con múltiples arreglos florales, con baile y un gran espectáculo, luego de siete años de unión como pareja.

Sin embargo también tuvieron “una piedra en el zapato”, horas antes de su matrimonio, la Juez les informó que durante la ceremonia solamente leería la sentencia de su amparo —que consta de varias hojas y tiene un lenguaje técnico y jurídico—, algo a lo que Víctor se opuso rotundamente.

“Le dije que así no me iba a casar, y que si no sabia que decir, yo se lo escribía en un papelito o lo buscábamos en Google; pero afortunadamente la Juez cambió de opinión y nos casó como a cualquier pareja heterosexual”, agregó Víctor.

Aunque dentro de su entorno suelen trabajar y comprar publicidad a muchas revistas, cuando se casaron descubrieron que varios medios impresos decidieron no darle cobertura a su enlace matrimonial.

“El proceso del matrimonio fue un viaje interno para terminar de aceptarme, yo solía tener mis reservas sociales, no hablaba de mi relación; pero con el proceso del amparo todo eso cambió”, finalizó Diego.

Ahora viven felices y su familia los acepta por completo, como a cualquier pareja, señalaron.

Manuel y Andrés

Ellos tienen nueve años viviendo juntos, y se casaron en el 2014. Relataron que nos les importaba la parte emotiva del festejo, sino el documento y la figura civil del matrimonio.

“Una vez Andrés se enfermó y cuando fui a pedir informes en el hospital me negaron el acceso, jurídicamente yo era sólo su amigo y no su pareja, después de ello decidimos unirnos legalmente”, explicó Manuel.

Los papás de ambos lo tomaron bastante bien, todos fueron a la boda, y firmaron como testigos. Compartieron que en su momento les costó trabajo aceptarlos, sin embargo ahora son más abiertos. Su amparo legal fue cobijado por  Jorge Fernandez Mendiburú de Indignación AC y Amelia Ojeda de Unasse, duró entre 8 y 9 meses todo el proceso jurídico . 

Javier Escalante Rosado.