Reconoce Iglesia católica generosidad de yucatecos

Foto de Arzobispo (2019)

Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega cumple cinco años al frente de la Arquidiócesis de Yucatán

Mérida, Yucatán, a 2 de agosto de 2020.- El Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, reconoció la generosidad de los fieles yucatecos ante las necesidades de los grupos más afectados por la pandemia del coronavirus.

Al celebrar a puerta cerrada la misa de este domingo, el Prelado dijo que los católicos yucatecos han respondido con suma generosidad para que, junto con los sacerdotes, hayan dado de comer, durante estos cuatro meses a miles de necesitados, especialmente entre los damnificados de la tormenta “Cristóbal” y de la pandemia.

“Sin embargo, la necesidad continúa; muchos son los que se desentienden de los hambrientos, y que en situaciones como la pandemia piensan que dar de comer a los hambrientos es sólo tarea de las autoridades civiles; verdaderamente nuestras autoridades han estado muy empeñadas en la repartición de despensas por todo el Estado”, manifestó.

Llenos de fe y de confianza en el Señor, podemos proclamar también que, ni la pandemia del COVID-19 podrá apartarnos del amor de Cristo Jesús. María, nuestra Madre asunta al cielo, a la que pronto vamos a celebrar en el misterio de su Asunción gloriosa, nos acompaña en nuestro caminar.

Asimismo, esta semana Mons. Gustavo Rodríguez Vega cumplió cinco años de su llegada a la Arquidiócesis de Yucatán por encomienda del Papa Francisco.

“Desde el primer momento en que fui notificado de este cambio a finales del mes de mayo del 2015, pensé que esta nueva encomienda era una gran responsabilidad por el tamaño de la población de alrededor de dos millones de habitantes, pero también por la grandeza moral y cultural de este pueblo yucateco, heredero de la historia antigua y actual del pueblo Maya”, comentó.

Agradeció el apoyo del Obispo Auxiliar, Pedro Mena Díaz y “el respaldo de todos y cada uno de mis sacerdotes, de los diáconos, de los religiosos y religiosas, de los seminaristas, y de todos los laicos, aún aquellos que de forma callada me hayan apoyado con su oración”.

Jorge Euán