Un niño de kínder soprendió a su maestra. Y es que no tenía un botellón de los Vengadores o de cualquier película reciente.
El niño de Tiholop, comisaría de Yaxkabá, llegó con un calabazo. Esos recipientes en el que los mayas toman agua.
Y así, de paso, cuidan al ambiente. Cero plásticos y un elemento reutilizable, con un niño de kínder que «prendió la mecha».
Desde el balcón.