Urge acelerar el paso para un mejor futuro

Rumbo a las metas a 2050 contra cambio climático.

Mérida, Yucatán, 18 de febrero.- La capital yucateca está en semáforo amarillo “preventivo” debido al crecimiento de la población y el desperdicio del agua potable. En este momento, el estrés hídrico de Mérida no es crítico, pero en 10 años podríamos no tener suficiente agua para toda la población, señaló Edgardo Bolio Arceo, director del Implan municipal.

Destacó que la sociedad debe de replantearse de manera muy responsable las condiciones actuales debido a las condiciones apremiantes que ya se anuncian con estos notorios cambios en nuestro medio ambiente.

El funcionario indicó que Mérida es una de las ciudades donde el consumo per cápita por de agua potable es muy alto. Según cifras de estudios realizados por dependencias como Conagua, el 94 por ciento de los meridanos recibe agua potable. Esto indica que resta mucho aun por hacer para lograr por lo menos un 99 por ciento y que todos los habitantes tengan este vital líquido para su uso y servicio.

Sin embargo, agregó consumimos mucha más agua de la necesaria y si bien, el subsuelo de la península dispone de mucha agua, también es cierto que cada día cuesta más para extraerla, entubarla y distribuirla, señaló.

Es evidente que uno de los valores más importantes que tiene Mérida es el agua; sin embargo, recalcó estamos sobre utilizando el líquido, derrochamos cantidades muy altas de agua potable, esto provocará a la larga, déficit y con ello graves problemas para la sociedad y futuras generaciones.

Recalcó que una parte de esta responsabilidad es de la autoridad, que está asumiendo su papel para construir políticas públicas y atender este importante problema, pero la otra parte, la ciudadanía debe de ser mucho más sensible, empática y corresponsables para atender este problema, trabajar más rápido, porque nos está ganando el tiempo y proteger nuestras fuentes de agua y el futuro de nuestra existencia como seres humanos.

Bolio Arceo insistió en atender este problema conciliando las partes, generando una mayor capacidad de los ciudadanos por resolver de manera personal el gasto de agua potable, a la vez, influir en el núcleo familiar para responder con la misma condición a la protección del agua.

Dijo que, desde el Instituto de Planeación Municipal del Ayuntamiento de Mérida se trabaja en ambas vertientes, atendiendo acciones y propuestas para mejorar, eficientar y preservar nuestro subsuelo, sino también la vinculación de estas metas a la sociedad para que reacciones y se comprometan con su responsabilidad, añadió.

Las metas establecidas por la Organización de Naciones Unidas debido al cambio climático para 20250 son especificas, debe de generar acciones desde el ámbito gubernamental, pero también, implica a los sectores productivos y la sociedad en su conjunto. Tenemos que apurar el paso y llegar a las metas que nos marca la ONU, de lo contrario, no dejaremos muchas oportunidades para el desarrollo de las siguientes generaciones comentó.

(José Cortazar Navarrete)