Voces unidas por la libertad

El show de Caetano Veloso recorrió sus lazos de sangre y el libre pensamiento

Ciudad de México, a 28 de julio de 2019.- El grito “Lula libre” se escuchó ayer en el corazón de Ciudad Universitaria. Las pancartas lo remarcaron. Grupos estudiantiles repartieron folletos entre las Islas y aguardaban el momento de hacer sentir su presencia. Caetano Veloso estaba en la casa, en la gloriosa Ciudad Universitaria, hogar de la libertad de expresión, de la lucha y la democracia, y tenían que acompañarlo.

El aroma a humedad estaba presente sobre el césped. El sol lo provocó. Se vendían raspados, refrescos, tacos de canasta; se ondearon banderas verdeamarelhas, fotos de Violeta Parra, bufandas, y símbolos de paz y amor. La bienvenida perfecta para un maestro del pensamiento latinoamericano.

Caetano no llegó solo a Cantares: Fiesta de Trova y Canción Urbana que comenzó ayer en la UNAM, lo hizo acompañado de su sangre: Zeca, Moreno y Tom. La edad ya se refleja en sus manos, no en su espíritu. Su mirada se clavaba por momentos al bello horizonte que tenía de frente, lleno de gente esperanzada, creyente de un nuevo mundo, y muy atrás la Biblioteca Central. Una bella postal para un hombre que sufrió en sus primeros años el exilio, producto de una dictadura y de la fractura social y política que vivió el Brasil de los 60 y 70.

Baby fue su manera de saludar, le siguió O seu amor, sentado en una silla, donde permaneció la mayoría de su presentación, quizá por el estilo de su show Ofertório, que unió a sus tres hijos con la intención de celebrar la reproducción y el libre pensamiento, porque no es secreto que el maestro de 76 años es un ateo; sin embargo, es un caballero respetuoso de la cristiandad de Zeca y Tom, y de los pasos de Moreno en la macumba, un culto que combina el animismo africano y la hechicería.

Agencias