Yucatán devasta manglar por energías limpias

Los parques eólicos y fotovoltaicos están acabando con la fauna y generarían año con año islas de calor

Mérida, Yucatán, 29 de febrero del 2020.- Como una consecuencia de la construcción de carreteras, parques eólicos y fotovoltaicos, más de 2 mil 500 hectáreas se encuentran en proceso de degradación en el estado de Yucatán.

“Al gobierno parece que no le importa y se están concediendo permisos para desarrollar sin tener en consideración las áreas en las que se están construyendo los parques eólicos y fotovoltaicos”, precisó Ernesto Gómez, director del Programa de Conservación de Aves de la Asociación Pronatura Yucatán.

De acuerdo con la Ley General de Cambio Climático, México se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30 por ciento para este año, y un 50 por ciento en el 2050; sin embargo, para cumplir con estos objetivos, las energías limpias que se han establecido en Yucatán lo han hecho al amparo de la devastación del manglar y la selva.

Insistió en que los Gobiernos del estado y federal, sólo se remiten a cumplir con ello sin hacer los estudios correspondientes.

Mientras que su trabajo es estar al tanto de la conservación de las aves endémicas y las que migran al estado, su tarea también es verificar el estado de las selvas y manglares, puesto que son precisamente las zonas en las que las diversas especies se refugian, descansan, se alimentan y se reproducen.

De acuerdo con las últimas observaciones que han hecho los especialistas de Pronatura, han detectado que el establecimiento de dichos parques sí ha afectado el territorio de selva y manglar en el estado, a tal grado que ahora se ha visto que son cerca de dos mil 500 hectáreas de manglar que están en proceso de degradación.

Esta es la consecuencia de establecer construcciones cercanas a un área de manglar, lo cual origina que pierden su flujo hidrológico y les causa la muerte paulatina, esto a pesar de que esta vegetación brinda siete veces más carbono que una selva en buen estado de conservación, es decir, se trata de un buen elemento que compone al oxígeno.

Ernesto Gómez advirtió que los parques de energías limpias no sólo afectan a la población de aves en Yucatán sino a los árboles circuncidantes porque se generan islas de calor y también a las poblaciones de murciélagos porque ellos son muy sensibles al ruido que ahí se produce.

Tan sólo en mayo del año pasado, el gobierno inauguró el Parque Eólico de Dzilam de Bravo, el cual cuenta con 28 aerogeneradores y en el que se destinaron cerca de 120 millones de dólares para el uso de un polígono de mil 346 hectáreas.

En la actual administración, se inauguró otro más de energía solar en Dzilam de Bravo que se suma a uno que funciona en Tizimín.

Pronatura tiene conocimiento de que hay una empresa que busca desarrollar otro parque de energías limpias en Tekax, en donde se pretende colocar más de un millón de paneles, para lo cual se devastarían alrededor de 650 hectáreas de selva en buen estado de conservación.

Mario Lope Herrera