Tiro al Blanco:

Luego de dos sexenios panistas consecutivos, la mayoría de los mexicanos «perdonó» al PRI y en el año 2012 volvió a darle la oportunidad a ese partido y su causa; Enrique Peña Nieto fue electo como uno de los candidatos más populares. Hoy la historia es totalmente diferente, el hartazgo y disgusto por los errores de ese partido lo llevaron a un escenario de posible extinción.

Yucatán parece no ser la excepción. Aún sin tener resultados finales todo indica que el PRI podría únicamente conservar la mayoria -simple además- en la legislatura local, pero estaría perdiendo en la elección a gobernador y muchas alcaldías.

En el 2015, los del tricolor recibieron un «sacudón electoral» al perder varios municipios importantes y se pensó que podrían reponerse en los 3 años siguientes. No fue así. y aunque la realidad es que todavía cuentan con opciones legales como sería llegar hasta los tribunales para pelear espacios, el asunto de fondo es que reflexionen qué pasó.

Y de entrada es claro que un escenario nacional tan complejo ameritaba «jugar con todo», con buenas candidaturas, con «sensibilidad política» y sobre todo en un marco de unidad. Los del PRI -queda más que evidente- nunca lograron unirse de verdad, fueron tantos los aspirantes a gobernar Yucatán que finalmente creó expectativas que luego disgustaron a quienes no la alcanzaron y al final del camino la unidad que lograron fue bastante endeble.

A reserva de lo que siga pasando en los resultados, el priismo yucateco -que se vislumbraba como el único bastión que tendrían en las 8 candidaturas a gobernador en el país- vive sus momentos más difíciles, posiblemente peores que los que enfrentó en el 2000.

Para evitar su extinción tendrán qué hacer algo más que seguir compitiendo. (desdeelbalcon.com)