Aarón Padilla pierde batalla contra el Covid-19

Fallece «El Gansito», símbolo de los Pumas y ex mundialista con México en 1966 y 1970

Ciudad de México, 15 de junio del 2020.- Aarón Padilla fue el ángel de la bicicleta. Corría y andaba en ella porque era también su forma de volar, de sentirse libre, de volver a esos tiempos en el barrio, del futbol en las calles, con la pelota bien llevada y siempre cerca del gol. Tal vez ahora El Gansito esté volando hacia alguna parte. Ayer, se fue de viaje mientras otros dormían, después de seis años luchando contra el Alzheimer. Enfrentándose a una nueva enfermedad que parecía neumonía y terminó complicándose por el COVID-19. Olvidando todo: nombres, fechas, personas, menos su amor por la pelota.

“Fue el verdadero inventor de la bicicleta”, dice Horacio López Salgado, su ex compañero de equipo en el Mundial del 70. “La explotó en todos los partidos y contra todos los rivales. A todos nos dejó un gran recuerdo con ese movimiento”.  Aarón recorría los pasillos de la Facultad de Contaduría de la UNAM, con libros cargados en la mochila y el sueño de jugar con la camiseta de Pumas. Entró a las fuerzas básicas del equipo, en una de las primeras generaciones dirigidas por Renato Cesarini. 

En el día de su debut, el 2 de septiembre de 1962, el estudiante de contaduría salió a comerse el mundo en un partido contra el Toluca. Después de marcar el gol del triunfo, empezó a imaginarse cómo sería dibujar el arte también con los pies. “Te fintaba con la pelota parada o en movimiento, pasando la pierna izquierda o la derecha por encima del balón En alguna parte debió haberla visto, pero en México era el único que se atrevía”, recuerda Héctor Pulido, otro de sus amigos en la Selección Mexicana.

El Gansito fue uno de los seres mitológicos en la historia del futbol mexicano. Un jugador de culto, inteligente y ágil, que llegó a dos Mundiales (Inglaterra 1966 y México 70) y defendió por 10 años los colores del conjunto representativo de la UNAM. “Era el hombre que mejor leía los movimientos de Enrique Borja”, afirma López Salgado, el 10 mexicano en los 70. “Yo estaba muy joven y me tocó coincidir con él en la Selección. Me aconsejaba las cosas que tenía que hacer para meter goles. No tengo duda de que está entre los mejores futbolistas de la historia de México”.

Con un subcampeonato (1967-68), Padilla se fue a jugar al Atlante y al Veracruz para luego volver a Pumas, donde cerró su carrera (1974-75).  Como directivo, llegó a la presidencia del Atlante y a la vicepresidencia de Coyotes de Neza (1987). También, se unió a la estructura de dos organismos: la Comisión Disciplinaria (1992-2002) y la Comisión de Árbitros (2006-2012). Pero la razón y el corazón lo llevaron de nuevo a Pumas, como parte del Comité Técnico Deportivo (2003-2006), donde consiguió el bicampeonato y un Campeón de Campeones.

Hay bastantes compañeros que tienen un lugar en la historia del futbol mexicano, él fue uno de ellos. Con Pumas o la Selección Mexicana. Siempre tenía sus cualidades para estar alegre, hacer bromas y brindarte confianza. Un amigo en toda la extensión de la palabra. Me entristece mucho tener que recordarlo y saber que ya no está”, concluye, con la voz entrecortada, Pulido.

Los recuerdos de Aarón Padilla se reproducen en blanco y negro, en algunos archivos de video. Su hijo, Aarón Padilla Jr., le contaba no hace mucho que fue un ilusionista del juego, el ángel de la bicicleta, esa finta con la que intentó dibujar el arte también con los pies. Ayer, El Gansito se fue de viaje. La pelota, sin embargo, lo seguirá recordando.

Agencias