Adiós a un grande; Oswaldo Sánchez se retira

El guardameta anuncia su retiro del futbol mexicano, aunque sería muy remoto jugar en el extranjero. Agradece a sus ex equipos.

CIUDAD DE MÉXICO, 20 de diciembre de 2014.- Oswaldo Sánchez ha cerrado el libro de su carrera profesional tras 21 años como portero en donde pasó por Atlas, América, Chivas y Santos, jugando 725 partidos, — es el futbolista que más juegos tiene en México—, y parando 25 penales en la Liga.

Dicen que los finales son tristes cuando quedan sensaciones en el interior de una persona. Oswaldo Sánchez comprendió que a los 41 años ya no tenía que forzar la situación.

«Creo que aún me quedaba un tiempo, pensaba que un año más sería suficiente para seguir, pero cuando las cosas no se dan es tiempo de cerrar la puerta de la mejor manera y descansar. Me siento bien”, afirmó.

Tuvo la oportunidad de finiquitar su ciclo jugando en el Chicago Fire, pero la oferta no le convino. Quiere tranquilizarse y regresar a su hábitat natural que es Guadalajara, sitio donde a los 18 años lo llevaron los rojinegros del Atlas a la Primera División por órdenes de Marcelo Bielsa.

«Me observó José Luis Real, que era conocido de mi padre Felipe Sánchez, y me dieron la oportunidad en Atlas. Nunca lo olvidaré porque es un recuerdo que va hilado a mi papá.”

Su progenitor murió días antes de que el equipo mexicano debutara en el Mundial de Alemania 2006. Envuelto en el dolor tuvo que regresar a México para estar en el funeral y regresarse a Europa con el equipo, en donde dejó la escena más conmovedora al llorar cuando se acabó el partido contra Irán.

«Fue un momento muy duro en mi vida, pero al mismo tiempo sabía que el equipo me necesitaba. Esa victoria fue un bálsamo para mí, porque se la dediqué a mi padre con todo mi corazón.”

Mientras México paladeaba la victoria, Oswaldo Sánchez crecía como persona y futbolista.

Siempre estuvo expuesto a la crítica y al desarrollo. Como portero tuvo la presión de pasar del Atlas al América en donde le fue muy mal. Pasó tres años compaginando la banca con la titularidad hasta que apareció Chivas en su vida.

Desde 1999 las cosas cambiaron para Sánchez, que se convirtió en ídolo y redentor del Rebaño Sagrado.

Sin duda alguna Chivas me marcó como futbolista, me dejó una huella indeleble en mi carrera y nunca lo olvidaré.

«Fui muy feliz el tiempo que pasé en el Guadalajara y creo que di lo mejor de mí, por lo que me quedé en paz”, afirmó.

Tuvo que venir un cambio y el desgaste natural hizo que la relación se fracturara. Oswaldo atendió la llamada de Santos a pesar de que la afición del Guadalajara lo catalogó de traidor por irse a la Comarca Lagunera con un cuantioso aumento.

«Un día llegó Alejandro Irraragorri a la puerta de mi casa. Traía un proyecto que era peligroso, porque el equipo tenía que sortear el descenso. Era el tiempo de cambiar y agradezco a Santos de que haya llegado en un momento de mi vida en que creía que las cosas no mejorarían.”

Enmarañado, sin la lucidez habitual, Oswaldo Sánchez pasó a Santos en donde reactivó su trayectoria y se ganó a pulso el don de ser amado por la afición lagunera.

Dice que tuvo ofertas del extranjero que no quiso aprovechar, pero antes que Guillermo Ochoa, pudo ser el primer portero mexicano en jugar en Europa, ahora es algo que ha quedado en el pasado.

“En Santos me estimaron mucho, me dieron tiempo y paciencia, me lesioné casi un semestre completo, me operaron y perdí varios juegos y nunca hubo una queja.”

De los recuerdos que se llevara del futbol ahora que tendrá mucho tiempo libre, es una cirugía mayor en el hombro izquierdo por tantos lances que hizo desde pequeño.

«Me quedé con un brazo nuevo. Lo que te diré sonará paradójico, pero antes de que pasara mi lesión, en Cancún en 2007, un doctor me había dicho que tenía que operarme o mi carrerara se acortaría bastante, entonces, al llegar hasta acá en buenas condiciones, con plenitud y hasta con ofertas de algunos equipos, me siento tranquilo y contento. Tengo cinco grapas en el hombro, pero me voy feliz”, dijo.
Se va un portero que se mostró siempre combativo en cualquier equipo, con el liderazgo y la representatividad de un vestuario.

Fue hombre de ideas claras en el campo, al que las convicciones siempre lo movieron. Por el momento, Oswaldo Sánchez deja un hueco difícil de llenar.

“Mi carrera fue bonita, pulcra, sin escándalos, no tengo reproches con nadie y sólo agradecimiento para muchos”, finalizó. (Excelsior)