Al año, deforestan 80 mil hectáreas de selva maya

La actividad agropecuaria y los incendios forestales son las principales causas de esa problemática

Mérida, Yucatán, 1 de septiembre del 2017.- Al año se deforestan 80 mil hectáreas de selva en la Península de Yucatán, lo que produce una emisión de 5 millones de toneladas de dióxido de carbono, informó Sébastien Proust, coordinador de la Agenda Terrestre Península de Yucatán de la organización “The Nature Conservancy”.

Proust explicó que la deforestación en la Península es “dramática”, ya que aproximadamente el 18% del territorio ya no tiene selva. Además, esta situación genera emisiones de 5 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo cual es el equivalente a las emisiones de todos los coches de la región juntos.

El experto detalló que las principales causas de la deforestación son las actividades productivas, como la ganadería o la agricultura, que se realizan en terrenos cada vez más extensos. De acuerdo a un estudio realizado por “The Nature Conservancy” hace dos años por medio de la plataforma “Observatorio de la Selva Maya”, el 70% de la deforestación se debe a la expansión agropecuaria. Así mismo, los incendios forestales causan pérdida de vegetación.

A su vez, comentó que la deforestación agresiva tiene dos efectos: “perdemos la capacidad de resistir y al mismo tiempo contribuimos al cambio climático”. Esto debido a que la selva es la “primera barrera” de la región ante el cambio climático, pues al existir pocas zonas selváticas se maximiza el daño que producen huracanes, lluvias fuertes y sequías.

“Cuando hay huracanes o lluvias fuertes donde ya no hay selvas o bosques se escurre el agua y se generan inundaciones mucho más fuertes. Además los huracanes pueden ser más poderosos por el calentamiento del Mar Caribe y del Océano Atlántico”, puntualizó.

A su vez, las sequías, que en los últimos tres años han azotado a la Península, pueden disminuir si existieran más zonas selváticas. “La presencia de bosque o selva permite atraer precipitación o hacer que cuando haya sequía no se evapore tanto el agua. Es importante que haya selva para que haya más agua, más precipitación. Eso ya se demostró a nivel científico”, subrayó Proust.

De igual forma, señaló que si se continúa con el ritmo de 80 mil hectáreas anuales de deforestación “poco a poco se va a ir acabando la selva maya que es el pulmón de México, la selva más grande del país”.

Aunque no se espera que esto ocurra en muchos años, cabe la posibilidad de que en la Península se repita la situación de la Amazonia en América del Sur, del Congo en África y de Indonesia, donde se perdió un porcentaje importante de vegetación.

“Uno cree que la selva esta aquí y va a estar aquí para siempre, los datos nos dicen que no es así. Todavía tenemos bastante selva pero se va rápido”, enfatizó Proust.

El especialista comentó que la implementación de medidas sustentables de prevención y cuidado de manglares, dunas, arrecifes y de la propia selva son más baratas y eficaces que realizar otro tipo de acciones para prevenir o revertir los efectos del cambio climático.

“Es mucho más barato invertir en cuidar dunas, arrecifes y manglares que construir un dique que va a durar 10 años y se va a romper. Es mucho más barato cuidar la selva y evitar su deforestación que reforestar la península”, explicó. Añadió que “Estamos a tiempo pero hay que empezar desde ya, porque el cambio climático es una realidad”. (Lilia Balam)