América vs Pumas, duelo lleno de intensidad

Americanistas como Alfredo Tena y Gonzalo Farfán aseguran que esta clase de duelos son distintos a otros clásicos.

CIUDAD DE MÉXICO. 21 de noviembre de 2015.– No es lo mismo enfrentarse a los Pumas. Algo en la genética del americanismo se remueve al ver esa playera. No se parece el sentimiento al que se pone en la cancha contra las Chivas o Cruz Azul.

Alfredo Tena sabe de eso. Jugó tres finales casi consecutivas, lo mismo que Gonzalo Farfán. Uno desde la defensa y el otro en el medio campo, participaron activamente en estos duelos que se fueron acrecentando en coraje.

Jugué tres finales contra Pumas y cada una de ellas estuvo llena de intensidad, pero creo que en las que ganamos lo hicimos por amplio margen, sin dejar dudas, ahí queda el marcador, porque fuimos mejores en todas y cada una”, aseveró Tena, que siempre fue un talento inusual de la defensa.
Recio y kamikaze, jamás se intimidó aun cuando se jugara el físico en ello: “De eso se trata, de dar todo por el todo en los clásicos”.

Una mano de él en la final de 1985 no fue sancionada por el árbitro Joaquín Urrea, en lo que fue catalogado como el nacimiento del odio deportivo entre ambos equipos de la capital.

«Sí, me pegó en la mano, pero no la marcó el silbante, no teníamos la culpa de eso. Antes nos marcaron una a favor que también era tras un cabezazo mío, eso no nos correspondía a nosotros”, dice Tena, quien recuerda otra falta dentro del área de Miguel España, pero de la final de 1987 “sigo creyendo que era penal y no la señalaron; por fortuna, en ambas goleamos. Lamentablemente nos tocó la de la 90-91, en donde perdimos con el gol de Tuca Ferretti”.

Gonzalo Farfán, surgido del Atlante pero consagrado en el América, también tiene recuerdos de esa seguidilla de partidos ansiosos  ante los Pumas.

«Creo que en ese tiempo éramos un mejor equipo, más maduro y lleno de talento, en especial con Antonio Carlos Santos en el medio campo.”

Farfán abrió el marcador en la final de 1987 con un tiro lejano en el que pifió el portero Adolfo Ríos, al que se le acusaría de otro par de errores y cargaría la cruz de un calvario por perder otra final.

«Ellos estaban muy dolidos de la de 1985 y estaban presionados. Nosotros éramos mejores y lo demostramos. Fue duro, en la de 1987 fue hasta el segundo tiempo cuando hicimos nuestro futbol característico”, dijo Farfán.

En medio de rumores y desmentidos

Ricardo Peláez repite que todo son rumores, cuestiones que no le ayudan mucho al América previo al duelo contra los Pumas.

Lo que es un hecho es que Rubens Sambueza sigue en negociaciones para renovar, pero se ven lejanas las posibilidades. América pretendía cambiarlo por Dorlan Pabón al Monterrey, pero fue rechazado. Todo hace suponer que emigrará a Tijuana con su amigo Miguel Herrera.

Se habla de que Darwin Quintero, que no encaja en las Águilas, iría a Tigres en trueque por Joffre Guerrón, borrado por Tuca Ferretti.

En cualquier caso, Ricky Álvarez está en la mira del club, lo mismo que William Da Silva y Miller Bolaños, “pero la idea es no mover mucho el cuadro base, no queremos hacer movimientos porque lo importante es la continuidad de un plantel que es bueno. Si se va Rubens, le agradeceremos lo que hizo por el club”, dijo Peláez. (Excelsior)