Pues todo está dicho: el poder presidencial sigue pesando y la palabra del primer mandatario en la mayoría de los casos, es ley. De tal forma que los empresarios del país -obviamente, también los de Yucatán- tendrán que ver qué hacer en plena contingencia sanitaria, pues el Gobierno Federal no proporcionará ningún tipo de apoyo al sector privado.
Para reanimar o echar andar de nuevo el ámbito empresarial-industrial, le corresponderá a los mismos hombres de negocios, o en todo caso, a los gobiernos de los Estados, ver de qué forma los ayudan para la maquinaria empresarial y que genera empleos y economía, se reactive.
En el caso de Yucatán, se sabe que el sector privado ya pidió al gobierno de Yucatán, y también al Congreso del Estado, considerar el auxilio financiero necesario para que una vez superada la pandemia -eso se espera- se continúe con lo inmediato, reactivar todo lo que permita generar dinero y liquidez en las familias.
Lamentablemente para todo esto que se avecina solamente se observa a la vista el camino del crédito. Nada deseable para nadie.
Desde el Balcón