Crucifican a Jesús en Acanceh

Cientos de personas participaron en el tradicional Viacrucis de esa localidad en este Viernes Santo

Acanceh, Yucatán, 30 de marzo de 2018.- Cientos de personas fueron testigos de la pasión y muerte de Jesús en el municipio de Acanceh en este Viernes Santo, en donde la fe católica se conjugó con la tradición del pueblo, que cada año se reúne y participa para representar las últimas horas del hijo de Dios.

El termómetro llegó a los 38 grados centígrados, el sol golpeó con fuerza a esta pequeña localidad durante las 2 horas y media de recorrido, pero los habitantes no dudaron en acompañar al Mesías hacia la cruz.

El joven Andrés Antonio Medina Chalé, de 21 años de edad, estudiante de la licenciatura de Mercadotecnia en una escuela privada de Mérida, fue quien interpretó a Jesús en este tradicional Viacrucis de Acanceh.

Antes de iniciar el recorrido, rezó junto con sus compañeros en la Iglesia de La Natividad, para ofrecerle a Dios esta experiencia, que se caracterizó por el sufrimiento físico.

“Desde los seis años participo en el Viacrucis, y esta es la tercera vez consecutiva que hago el papel de Jesús. Es una tradición para nosotros en el pueblo, y estoy aquí porque Dios me ha bendecido mucho”, declaró.

Confesó que Dios ha sido bueno con él, pues sanó a su tía Carmen Chalé Acosta, de 70 años de edad, quien tenía problemas del corazón, e incluso sufrió dos infartos que estuvieron a punto de costarle la vida.

“Ella es como una madre para mi, siempre me cuidó, desde chico. Mis papás trabajaban todo el día y nos teníamos que quedar con ella, y hasta hoy está pendiente de nosotros, todavía nos cocina”, relató.

Medina Chalé agradece a Dios que su tía se encuentra bien de salud, que se recuperó después de la operación. Dijo que está seguro que se trató de una bendición del señor desde que representó a Jesús la primera vez, por eso sigue participando en el Viacrucis.

A pesar de que Poncio Pilatos no halló culpable a Jesús de ningún delito, el sumo sacerdote y los fariseos exigieron que sea condenado a muerte “por pervertir al pueblo y ofender a Dios”. Herodes, el rey de Judea, se burló de él, diciéndole que si de verdad era el hijo de Dios convirtiera el agua en vino.

El pueblo gritó que liberaran a Barrabás, ladrón y asesino a quien le perdonaron la muerte en lugar de Jesús. Su madre, María, empezó a llorar cuando los soldados romanos empezaron a azotarlo y le colocaron en la espalda una cruz de 100 kilogramos para que cargara hasta el monte Gólgota.

El Mesías cayó tres veces, ante los cientos de asistentes que caminaron por las calles de Acanceh, quienes tomaban fotos y grababan videos de estos impactantes momentos.

Al mismo tiempo, los vendedores ambulantes ofrecían sombrillas, bolis, botellas de agua y refrescos, pues el calor era insoportable.

Jesús fue crucificado en la plaza principal del pueblo, justo en frente del Palacio de los Estucos, una pirámide maya del Clásico Tardío, el principal atractivo turístico de Acanceh, municipio ubicado a 28 kilómetros al sureste de Mérida.

Para este papel, Andrés Antonio se preparó física y espiritualmente durante tres meses. Salía a correr todas las tardes, iba al gimnasio, comía saludablemente, y en la última semana caminaba por las calles cargando la cruz de 100 kilos, para que se vaya acostumbrando al peso. Por las noches oraba, pedía a Dios fortaleza para este encargo.

El Viacrucis de Acanceh se ha convertido en el más importante y grande de Yucatán en los últimos 37 años. En esta ocasión participaron 120 actores de diferentes edades, que forman parte del grupo cultural católico Renacimiento. (Herbeth Escalante; fotos de Cuauhtémoc Moreno)