Danza en las alturas

Dalia Vázquez Castellanos es una ejecutante no vidente que desafía a las alturas, utilizando aros, telas, cintas, trapecios, entre otros 

Mérida, Yucatán, 30 de enero de 2017.- A través de la acrobacia aérea, Dalia Vázquez Castellanos ha encontrado una nueva expresión artistica, que le permite explorar diversas formas de movimiento en total libertad.  Ella es una  joven ejecutante no vidente que desafía a las alturas, utilizando aros, telas, cintas, trapecios, entre otros elementos.

Practica esta  disciplina que ha cobrado auge en Yucatán,  y actualmente se prepara aun más en el Circo de Mente, en la Ciudad de México, aunque también le apasiona otra corriente artistica, la música.

La joven artista de baile y música, trabajó como pianista en el afamado Hard Rock Café en Cozumel, y ha dado conferencias en la Escuela Nacional de Música para Ciegos de la Ciudad de México. Sin embargo ha encontrado  en la acrobacia aérea una disciplina que disfruta mucho y le gusta ejecutar.

Vázquez Castellanos describe esa expresión artística como un baile que se realiza a una altura considerable, desde donde explora diversas formas de movimiento desafiando a la gravedad.

La joven bailarina -quien perdió la vista alrededor de los 14 años de edad, debido a una retinopatía causada por su nacimiento prematuro-, recordó que cuando niña siempre le llamó la atención ver a los trapecistas realizar sus rutinas por los aires, lo que la motivó años más tarde a involucrarse en la gimnasia aérea.

En un principio, Dalia se acercó al ballet y al tango, hasta que finalmente hace dos años y medio, una maestra de la escuela “Ana Rosa Cáseres de Baqueiro” de la ciudad de Campeche,  la invitó tomar clases de danza aérea.

“La base para poder subirte a los demás instrumentos es la tela… lo que a mí más me gusta de esta disciplina son las telas y las cintas, porque es más bailable, me siento más libre”, señaló la joven bailarina.

Dijo que al principio para poder subir a iniciar una rutina por los aires, es en un nivel bajo, y poco a poco se va incrementando la altura, a través de un entrenamiento completo a base de disciplina, pues la persona debe ser capaz de manejar su propio peso, es decir, se necesita fuerza,  resistencia y flexibilidad.

Dalia explicó que la representación mental del espacio, como las distancias y los posibles obstáculos, es algo que consigue por medio del entrenamiento, de la práctica, y del acompañamiento de los maestros. Aunado a esto, la rutina y los movimientos que la danzante realiza, se basa en figuras geométricas básicas, las cuales le permite llevar a cabo sus presentaciones.

Una vez suspendida  en las alturas, los movimientos para Vázquez Castellanos son más sencillos ya que columpiándose en el aire no hay obstáculos con los que pueda tropezar, en ese espacio es más libre.

Quien siempre la apoya en esta actividad es esposo Alejandro Iris Flores, quien a petición de ella, cuando ambos estudiaban piano en la escuela de música hace unos años, desarrolló un método para que los músicos invidentes puedan leer las notaciones musicales de manera más rápida y sencilla.

Y es que este procedimiento está diseñado de manera similar al sistema de notación para los músicos que sí pueden ver, en donde una nota tiene un valor, según su lugar en el espacio.

Actualmente la pareja trabaja a través de la música con niños con alguna discapacidad, llevando a cabo recitales, donde Dalia aporta la parte en cuanto a la danza, y Alejandro la dirección musical.

Con participaciones en la ciudad de Campeche, Mérida y la Ciudad de México, Dalia baila suspendida por el aire, en ocasiones parece desafiar la gravedad y da muestra de su trabajo tras dos años y medio en una disciplina, que poco a poco se va haciendo un espacio en el gusto del público yucateco. (Guillermo Castillo; Foto de Cuauhtémoc Moreno)