Donaron mil árboles a meridanos

La actividad realizada en la Bici-ruta forma parte del Plan Municipal de Infraestructura Verde

Mérida, Yucatán, 11 de sept. de 2016.- La Unidad de Desarrollo Sustentable entregó este domingo en adopción 1,000 árboles, como parte de las acciones estipuladas en el Plan Municipal de Infraestructura Verde que contempla la plantación de 60,000 árboles en parques y áreas verdes de la ciudad.

Durante la “Bici-ruta”, evento que se efectúa cada domingo” en Paseo de Montejo, personal de Desarrollo Sustentable colocó, desde las 8 am, módulos de adopción de árboles en cuatro puntos: Plaza Grande, parque de Santa Lucía, Remate de Paseo de Montejo y el Monumento a la Patria.

Las especies de árboles que se dieron en adopción son: mango, huaya, guayaba, zapote, guanábana, mamey, grosella, nance, zaramullo, naranja agria, mandarina, limón y cajerina.

La directora de la Unidad de Desarrollo Sustentable, Sayda Rodríguez Gómez, recordó que desde la presentación del Plan de Infraestructura Verde, en marzo pasado, a la fecha se han plantado unos 35,000 árboles, es decir, más de la mitad de la meta planteada.

Asimismo subrayó que durante la puesta en marcha del Plan se informó a los meridanos que con los 6m2 de árboles por habitante, Mérida está por encima de la media de cobertura forestal en Latinoamérica, que es de 3.5 m2, pero por debajo de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que es de 9 m2., de manera que con este plan se busca ampliar de 6 a 7 m2 de área verde por habitante.

En la jornada dominical, también se repartieron volantes informativos para la elaboración de “trampas ecológicas para mosquitos”, acciones que se realizan a fin de prevenir picaduras que ocasionen enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.

Estas trampas ecológicas se hacen con botellas de plástico recicladas, agua, azúcar y levadura.

Además de la demostración para efectuar esta trampa para mosquitos, a las personas se les explicó que estos insectos voladores buscan sus vitaminas por el dióxido de carbono (CO2) que emitimos al respirar, y que la trampa produce lo suficiente para atraerlos haciendo imposible su salida y los elimina.