En riesgo las pesquerías de Yucatán

Inauguran el Segundo Congreso Mundial sobre Pesquerías Ribereñas, para abordar sus problemáticas desde aspectos sociales, biológicos y económicos.

Mérida, Yucatán, 22 de septiembre de 2014.- Debido a la presión del mercado y a factores climáticos como los huracanes y las mareas rojas, pesquerías como el mero y el pepino de mar están en riesgo en Yucatán, y su captura va disminuyendo cada año, aseguró Silvia Salas Márquez, investigadora del Cinvestav Unidad Mérida, durante la inauguración del Segundo Congreso Mundial sobre Pesquerías Ribereñas.

“A nivel mundial las capturas han ido bajando, se va declinando esta actividad, y esto se debe a la presión de pesca, pero también a cuestiones ambientales, situación que también afecta a las poblaciones yucatecas dedicadas a la pesquería ribereña”, señaló.

Dijo que el pepino de mar, a pesar de ser una pesquería reciente, corre el riesgo de desaparecer en poco tiempo debido a la fuerte demanda que tiene en países asiáticos, sobre todo porque esta especie tiene poco movilidad, es decir, puede capturarse fácilmente.

Señaló que otros países acabaron con el pepino de mar en lapsos de cuatro años, y mientras no se regule esta actividad, lo mismo ocurrirá en Yucatán.

“Un problema no sólo es la presión de pesca, mientras haya quien la compre habrá quien la venda, mientras hayan mercados que no son regulados, existirá esa posibilidad de desaparecer, y ese incentivo para capturarlo ilegalmente”, añadió Salas Márquez.

Otra especie que está en peligro desde hace años es el mero, sobre todo a causa de la captura industrial y a fenómenos como los huracanes y la marea roja que han golpeado a la Península de Yucatán.

Recordó que en 1979, se capturaron casi 20 mil toneladas de mero, mientras que actualmente los niveles son muy bajos, pues se pesca en promedio entre 6 mil y 7 mil toneladas al año.

La investigadora del departamento de Recursos del Mar del Cinvestav, indicó que la única pesquería que se ha mantenido en Yucatán es la de pulpo, y existe otras como la de la langosta, que también deja importantes derramas económicas a los pescadores ribereños.

“El problema de la langosta es que depende mucho de sus refugios, y debido a los huracanes o la contaminación, se afectan estos refugios, y eso provoca que la especie se mueva mucho,  y bueno, la captura es baja en comparación de años anteriores”, precisó Salas Márquez.

Sin embargo, declaró que hay iniciativas por parte de cooperativas de pescadores nativos de Yucatán para conservar estas especies como el mero y la langosta, “pues están conscientes de lo que está pasando actualmente con sus recursos”.

“Es una ventaja que ellos mismos estén buscando soluciones ante estas problemáticas,  pero hay que apoyarlos, por mucho que quiera hacer algo sino cuenta con los apoyos es muy difícil sacar adelante estas pesquerías”, advirtió al recordar que en Yucatán existen 16 de estas cooperativas en todo el litoral, quienes cuentan con mil 500 lanchas y sólo un barco pesquero para realizar sus actividades.

La investigadora dijo que no se ha explorado mucho para saber si puede surgir una nueva pesquería en Yucatán, “pues antes que nada debe haber mercado e incentivos para pescar, y conocer cuánto recurso marino se tiene”.

Indicó que se ha pensado en la posibilidad de capturar y vender una especie pequeña que se usa como carnada en la pesca recreativa, por ejemplo, pero no se ha estudiado mucho al respecto.

Sin embargo, señaló que en Yucatán hay que buscar el valor agregado al producto marino que se comercializa, no sólo venderlo fresco o congelado, “hay que salarlo o filetearlos, como ocurre en otras partes del país, darle ese valor para que se pueda consumir más”.

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El Congreso

Con respecto al Segundo Congreso Mundial sobre Pesquerías Ribereñas que se realiza en Mérida, participan más de 400 investigadores de 49 países de todo el mundo y de diferentes disciplinas,

El objetivo es plantear las problemáticas que enfrentan las pesquerías ribereñas, conocer las alternativas para resolverlas, y las formas de evaluar los recursos.

Se informó que más de 50 millones de personas dependen de esta actividad en el mundo, por lo que este tema se abordará desde aspectos sociales, económicos, y biológicos.

Salas Márquez señaló que para esta edición contarán con la intervención de 40 pescadores ribereños de 20 países, “para no sólo escuchar la cuestión académica, sino conocer de ellos mismos cuál es la situación actual de las pesquerías ribereñas”.

Indicó que varias actividades de esta Cumbre involucran a los pescadores, sobre todo para crear redes de mercados y de contacto, y para que propongan alternativas de vinculaciones con investigadores y administradores. (Herbeth Escalante)