La FARC, ahora como partido, inicia campaña

La antigua guerrilla, lanza la candidatura de Timochenko sin despertar interés en Ciudad Bolívar, una de las zonas más humildes de Bogotá

Colombia, 28 de enero de 2018.- La antigua guerrilla de las FARC se mantuvo fiel a sus siglas al convertirse en partido político, tiene el mismo líder y sigue despertando los recelos, en el mejor de los casos, de una sociedad que sufrió más de medio siglo de conflicto armado. Al menos esto es lo que se vio este sábado en Ciudad Bolívar, una de las zonas más humildes de Bogotá, en el lanzamiento de la candidatura la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

La organización, muy impopular en los entornos urbanos, eligió, no obstante, esa localidad de la capital de Colombia para comenzar a buscar apoyos con vistas a las elecciones legislativas de marzo -en las que los excombatientes tendrán 10 escaños garantizados, un 3,7% del Congreso- y las presidenciales de mayo.

Timoleón Jiménez, Timochenko, fue el máximo dirigente de la insurgencia y ahora aspira a encabezar un “Gobierno de transición” que pretende representar “los intereses de los pobres”, poner fin “a la mano asesina en la política colombiana” y, en definitiva, darle la vuelta al sistema.

Rodrigo Londoño, este es su nombre real, apeló al “concurso de millones de compatriotas” acompañado de la candidata a la vicepresidencia, la activista Imelda Daza, y de Iván Márquez, número uno de la lista al Senado. Pero lo hizo ante unas 200 personas, quizá 300 o algo más en algunos momentos del acto, entre las que figuraba la estructura de apoyo con la que cuenta la formación en la ciudad. El candidato se sitúa en la cola de las encuestas, con un porcentaje en intención de voto que va del 1% al 2%, aunque goza de mayor aprobación en algunas zonas rurales.

La fotografía de la cancha de la Casa de la cultura del barrio era, sin embargo, significativa. Los dirigentes de la FARC, que en 2016 firmó un acuerdo de paz con el Ejecutivo de Juan Manuel Santos y culminó la entrega de armas el pasado septiembre, estaban protegidos por decenas de policías. Les aplaudían algunos jóvenes de la Universidad Nacional, laboratorio ideológico de la izquierda colombiana, simpatizantes que vestían camiseta blanca con el símbolo del partido, la rosa roja, militantes veteranos y desplazados por una guerra que dejó al menos 220.000 muertos.

Los presentes atribuían la escasa afluencia al miedo a la exposición pública. El propio Timochenko aseguró que durante la transición a la vida civil fueron asesinados 37 exguerrilleros. “Aquí no mandan sino dos partidos políticos, y los movimientos que han salido de la izquierda los han acabado. Todos los grupos que se han lanzado a la política los han diezmado, no los dejan participar”, afirma Hugo García, de 68 años.