Mantienen viva la tradición del Pib

Desde temprana hora, la familia Mex Ku se despertó para preparar ese platillo regional propio del Día de Muertos

Mérida, Yucatán, 1 de noviembre de 2018.- Fieles a las tradiciones del Día de Muertos, la Familia Mex Ku elaboró desde temprana hora los tradicionales pibes. Contrario a las nuevas tendencias de este platillo que ahora se elabora de jamón y queso, queso de bola, cochinita o incluso mariscos, esta familia oriunda de Chuburná de Hidalgo prefiere cocinarlos con pollo, puerco, incluso los que únicamente tienen espelón, con su toque de chile max para compartiro con sus familiares y conocidos, asi como ofrendarlo en su altar para los fieles difuntos.

Hacia finales de la década de los 60´s, Chuburná fue una comisaría meridana, sin embargo, la mancha urbana  “se comió” la localidad, convirtiéndola en una de las colonias más reconocidas del norte de la capital yucateca. La familia Mex Ku es oriunda de este lugar, por tal razón aún conservan las tradiciones regionales propias del Día de Muertos, para ellos -según comparten- es una oportunidad para conmemorar a aquellos que se les han adelantado en el camino.

Cada 1 de noviembre se despiertan desde las 4 de la mañana para ir a comprar la masa que se necesitará para elaborar el platillo representativo de estas fechas. También compran carne de pollo, cerdo, espelón, hojas de plátano, achiyote –en pasta y en semillas-, tomate, cebolla, epazote, ajo, pimienta, otras especias. Para este Día de Muertos, la familia Mex Ku invirtió poco más de mil pesos para elaborar unos 12 pibes, los cuales serán repartidos entre familiares y conocidos.

La señora Martha Mex Ku es quien es responsable de la mayoría del proceso de elaboración del pib, según la receta que le fue heredada por su madre, doña Carmita, dice que una vez obtenidos y lavados los ingredientes, se cocinan ambas carnes, primero la carne de puerco, pimienta, recados, orégano, tomate y cebollas asadas, luego a medio cocimiento del cerdo agrega el pollo y finalmente el achiyote en pasta para que de esa manera se haga el llamado k´ool.

Para preparar la masa es necesario aderezarla con manteca, y freír achiyote, de esa manera toma su color rojizo característico. Se utiliza la hoja de plátano para hacer un envoltorio y armar los pibes. Ellos no lo preparan en latas, como normalmente se comercializa ese platillo regional, pues comentan que esa práctica es muy nueva y se aleja de la tradición.

El último proceso es llevar el pib a la panadería más cercana, para cocinarlo en el horno de leña durante aproximadamente dos horas. Para el mediodía ya estará listo ese tradicional guiso.

La familia explicó que no optan por el método de enterrarlo, ya que este proceso demoraría la preparación del platillo. Eso sí, primero se ofrenda al altar de los difuntos de su hogar, junto con el pan de muerto, chocolate, dulce típicos, entre otros.

Si bien es cierto que es un proceso largo para la elaboración del tradicional platillo, el pib representa una oportunidad para que la familia se reúna, en ese momento recuerdan a quienes han adelantado en el camino, mantienen viva una tradición que pasará a las nuevas generaciones. (Guillermo Castillo)