Miguel Díaz-Canel, candidato único a presidencia cubana

Los más de 600 legisladores de la Asamblea Nacional eligieron ayer al relevo de Raúl Castro, aunque los resultados de la votación serán anunciados hoy

La Habana, 19 de abril de 2018.- Miguel Díaz-Canel, ingeniero electrónico de 57 años, número dos del gobierno y militante del Partido Comunista, se alista para suceder a Raúl Castro en la Presidencia de Cuba, una candidatura con la cual se busca darle continuidad a la revolución luego de cinco décadas de la generación “histórica” al frente del poder.

Los 605 parlamentarios reunidos desde ayer por la mañana votaron por la candidatura presentada, pero se espera que el nombramiento sea oficializado hoy.

Sus votos son secretos y se considera que reflejan la voluntad de la dirección del país luego de un complejo proceso de varios meses que comenzó con elecciones.

Esta será la primera vez en más de cinco décadas que la máxima dirigencia no estará liderada por una persona de apellido Castro, luego de que en 1959 triunfara la revolución de los hermanos Fidel y Raúl.

Para acompañar a la candidatura de Díaz-Canel, de 57 años, irá el líder histórico sindical Salvador Valdés. También estará acompañado por un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros.

Tras el anuncio, Díaz-Canel y Raúl Castro, quien apareció en el Parlamento vestido con traje y corbata, sin su tradicional uniforme de general de ejército, se estrecharon en un abrazo.

La designación de Díaz-Canel no fue una sorpresa, toda vez que éste se desempeñó como primer vicepresidente desde 2013 y aunque mantuvo un perfil bajo y de ortodoxia siempre se le presentó como el favorito para suceder a los antiguos líderes.

En paralelo, los diputados despejaron otra incógnita: Raúl Castro, de 86 años, no participará ni siquiera como miembro del Consejo de Estado, por lo que solo quedará como primer secretario del poderoso Partido Comunista de Cuba (PCC).

Aunque Castro dejó el ejecutivo, su peso histórico será un factor político importante en las decisiones que el gobierno de su sucesor tome en los próximos años.

Las reformas apuntan a reactivar una economía que creció 1.6% en 2017, altamente dependiente de las importaciones y de la ayuda de su hoy debilitado aliado Venezuela.

La tarea más urgente es la unificación de las dos monedas nacionales que circulan en el mercado, además de la eliminación de tasas de cambio preferenciales para empresas estatales, una situación que genera distorsiones en la economía.