La cinta, protagonizada por cuatro chicas, evidencia cómo mucha gente usa las redes sociales para tener doble vida
CIUDAD DE MÉXICO.
El director estadunidense Sam Levinson no puede estar más que de acuerdo con aquel meme que circula en las redes sociales y que dice: “Qué bueno que hice tonterías antes de la existencia de las redes sociales, ya que así nadie se podrá reír de mí”.
Esto sale a colación debido al estreno de Nación asesina, cinta que llegó este fin de semana a la cartelera de nuestro país y que cuenta la historia de Salem, un poblado estadunidense que pierde el control cuando un hacker evidencia la doble vida que llevan algunos de sus habitantes. El resultado es una cacería violenta de la que, supuestamente, son culpables cuatro jóvenes preparatorianas que tendrán que enfrentar a toda la comunidad.
«Justo por eso es que tengo mucha empatía por esta generación, pues no es capaz de encontrar su camino sin cometer errores y sin ser juzgados. Hoy en día mucho de lo que hacen es registrado por los celulares y subido a las redes sociales y eso provoca una especie de vergüenza en los jóvenes que deriva en otras situaciones extremas como el bullying que muchas veces conlleva al suicidio. Creo que también eso hace que sus opiniones se mantengan siempre igual y, por ende, viene una inflexibilidad de parte de los que les rodean. La gente actúa como jueces o políticos y somos muy cuidadosos de lo que decidimos, pues siempre alguien sale y dice: ‘hace cuatro años no pensabas así y decías eso’, lo que no les permite madurar a los jóvenes y resulta muy aterrador”, expresó, en entrevista telefónica desde Los Ángeles, Sam Levinson.
Nación asesina está protagonizada por Odessa Young, Suki Waterhouse, Abra y la chica transexual Hari Nef, quienes interpretan a un grupo de amigas que van en contra de las reglas, que cuestionan todo, se la pasan de fiesta, asisten a reuniones en donde a veces consumen drogas y registran lo que sucede a su alrededor con sus celulares.
En Odessa Young cae el peso de la historia al interpretar a Lily, una chica talentosa y con una familia bastante convencional que secretamente se sextea con un hombre casado al que guarda en sus contactos como “Daddy” (Joel McHale). Ese hecho, junto a otra serie de secretos de la sociedad, son evidenciados en las redes, poniendo de cabeza el orden de un poblado.
«Es interesante, en cierta forma, que esta cinta no es acerca de si las redes sociales son malas o no deben existir. De eso no va, de lo que trata es de cómo cierta gente piensa que sus opiniones son las únicas correctas, que son las que importan y que, por ende, su forma de actuar ante el mundo es lo que importa. Eso es lo que a mí me aterra, lo que me hace pensar que estamos hablando de una película de terror que evidencia la inflexibilidad”, acotó el director.