Gustavo Rodríguez Vega declaró que respetará a la comunidad homosexual, y aseguró que los narcotraficantes tienen la oportunidad de arrepentirse.
Mérida, Yucatán, 29 de julio del 2015.- En su primer día de actividades como arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, declaró que siempre tendrá una postura apartidista en cuanto a la política local, aunque la relación con el Estado será respetuosa y abierta.
“Estaré en diálogo, apertura, con el Estado, la iglesia tiene su propio aporte, la evangelización. Nos proponemos transmitir valores para la ciudadanía, porque uno de los aspectos de la fe es que no debe ser guardada, sino llevada a los espacios comunes, cada ciudadano debe ser un político en cuanto que se preocupe por el bien común”, señaló en conferencia de prensa.
Sostuvo que en su arzobispado habrá un aporte respetuoso al Estado “desde nuestro campo, lo que nos corresponde y nada más, siempre ser apolíticos en el sentido apartidista, pero cien por ciento político en el sentido de interesarnos en el bien común”.
Sobre los grupos que tienen una ideología diferente a la iglesias yucateca, aseguró pueden esperar una mano extendida para saludarnos, respetarnos, “un corazón abierto para dialogar, escucharnos, valorarnos como personas y compartir en el diálogo para conocer cuáles son sus razones y sus modos de pensar en sí. Quizá no podamos llegar a acuerdos plenos pero siempre habrá respeto”.
Con respecto a la comunidad homosexual, dijo que ellos también son hijos de Dios, por lo que no se puede excluir a nadie, “Dios no excluye nadie”.
Al referirse a los activistas yucatecos que promueven el matrimonio igualitario, declaró que la postura de la Iglesia y la suya, será siempre respetuosa.
“Personas homosexuales siempre las ha habido y siempre las habrá, vivimos tiempos de muchísima apertura de pensamiento pero, la iglesia siempre hablará de un matrimonio entre hombre y mujer. No queremos restarle como iglesia esta esencia original del matrimonio”, agregó.
Rodríguez Vega, quien era obispo de Nuevo Laredo hasta hace unas horas, indicó que aunque en Yucatán no se vive una situación de violencia como en esa entidad, “también aquí hay que hacer una construcción de paz, para tener bien sentadas las bases de la mente de los niños y jóvenes para no transitar por otros caminos”.
Al preguntarle si sigue pensado que los narcotraficantes “también tienen algo bueno”, recalcó que todo hombre y mujer que hayan hecho mal tienen la oportunidad de arrepentirse.
“Acordémonos del buen ladrón, se arrepintió aunque sea en el último momento… en todo ser humano hay la posibilidad del bien. Si están obrando mal lo que hemos de desear no es que los maten, más bien que se conviertan, que cambien de vida”, agregó al referirse a los narcotraficantes.
“Muchas veces en Nuevo Laredo yo proclamé eso, que en lugar de que nos duela más los muertos y los secuestrados, debían dolernos las almas pervertidas de los niños y los jóvenes, que entran al crimen organizado hasta sin saber, imagínense a los niños que son halcones afuera y al mismo tiempo hacen fila para confesarse. Se acercaban con un sacerdote a decirle que le ayuden porque no le han pagado”, ejemplificó.
En la entrevista, señaló que su primera voluntad es hacerse yucateco, y pidió que lo disculpen con la gente, pues debido a que es norteño, su acento es bien golpeado “y van a creer que estoy enojado”.
De igual manera señaló que se acercará a los pobres para ayudarlos a que sean sujetos de su propio desarrollo, y tratar de crear condiciones de una vida más digna. (Herbeth Escalante; foto de Lorenzo Hernández)