Raúl Jiménez, el jugador más efectivo

Desde que se hizo titular, el Apertura 2014, hasta la actualidad, el delantero americanista suma 34 goles que lo hacen el máximo anotador de la Liga MX en ese lapso.

CIUDAD DE MÉXICO, 6 de agosto de 2014.- Desde que el técnico Miguel Herrera decidió otorgarle la titularidad definitiva en el América, en el torneo Apertura 2012, Raúl Jiménez ha tenido un crecimiento sostenido que lo ha llevado a convertirse en el artillero más productivo de la Liga MX.

En los anteriores cuatro torneos y lo que va del Apertura 2014 el canterano de Coapa ha marcado 34 goles, uno más que su compañero Oribe Peralta.

En el año que Jiménez no fue titular, desde su debut con Alfredo Tena en el Apertura 2011 y en el primer torneo del Piojo como estratega del América en el Clausura 2012, marcó sólo dos tantos, pero a partir del segundo semestre de 2012, cuando se consolidó en el once estelar de las Águilas, ha aumentado su productividad gradualmente hasta superar a Peralta como el máximo goleador de la Liga. En el Apertura hizo cuatro tantos, en el Clausura 2013, diez, en el Apertura 2013, ocho, en el Clausura 2014, 8 y en lo que va del Apertura 2014 ha marcado cuatro tantos.

Herrera, hoy técnico de la Selección Nacional, recuerda qué lo llevó a depositar su confianza en Jiménez, sin importar que en ese entonces el delantero contaba con 21 años de edad y que debía soportar toda la presión que genera estar en un club como el América.

«Es un buen jugador, es un chavo que tiene mucha fuerza, que en su momento se adaptó muy bien a Cristian Benítez. El Chucho se botaba y él se mantenía más tiempo en el área. Por su juventud tenía que ser más sacrificado, pero la determinación lo ha hecho ganarse el respeto”, recordó.

Cuando arribó Narciso Mina a la institución, en el torneo Clausura 2013, se generaron múltiples comentarios sobre que el ecuatoriano llegaría a ocupar el sitio del joven, pero no fue así. Herrera recuerda que era necesario generar más competencia que ayudara al club a ser más competitivo, a lo que Jiménez respondió con entereza para mantenerse firme.

«Si no hay quién te apriete juegas de una forma más sencilla. La intención era generar una competencia interna, y Raúl demostró los tamaños para ser titular”, explicó Herrera, quien le desea al medallista olímpico la mejor suerte ante la posibilidad de emigrar a Europa.

Otros goleadores de renombre a los que ha superado Jiménez son Mariano Pavone (30 tantos), Luis Gabriel Rey (27), Darwin Quintero (27), Humberto Suazo (23) y Pablo Velázquez (22). Por eso el América no lo deja emigrar tan fácil al Porto, en una decisión que no le agrada a la institución.

Tanto nosotros los compañeros, como el aficionado, estamos contentos con él, lleva varios torneos haciendo buenos partidos. Queremos que siga con nosotros, es de mucha utilidad”, comentó Osvaldo Martínez, compañero de Jiménez.

Un América sin estrellas
Aunque algunas actuaciones individuales han sobresalido en el inicio del torneo, como ha sucedido con Raúl
Jiménez, quien acumula cuatro tantos, el defensa Pablo Aguilar aseguró que en el América no hay estrellas.

“La estrella debe ser el equipo, cuando uno se equivoca el compañero ya está atrás. No hay estrellas, el equipo se ha comportado bastante bien, muy firme en todas las líneas. Si pensamos sólo en un jugador estamos equivocados, el equipo es el que lleva a grandes campeonatos”, comentó en conferencia de prensa.

El paraguayo consideró prioritario mantener la humildad, ahora que los halagos son constantes por los tres triunfos que han logrado y que los tienen en la cima del Apertura. “Si nos levantamos un poco del piso nos podemos caer y recibir un golpe bastante fuerte”, admitió.

Respecto al enfrentamiento ante Tigres, comentó: “si hacemos bien el trabajo somos serios candidatos a ganarlo, pero ellos tienen buenos jugadores y nos pueden complicar”.

Por su parte , el mediocampista Osvaldo Martínez señaló que América será favorito al título si mantiene el mismo funcionamiento que ha mostrado en el arranque del torneo. Por el momento cree que no se pueden echar las campanas al vuelo. (Excelsior)