Reptiles y anfibios únicos de la Península están en peligro

De 134 especies que habitan en la región,  el 18% están considerados como endémicos

Quintana Roo, 22 de junio de 2014.- La salamandra lengua de hongo (Bolitoglossa yucatana), la rana de lluvia (Craugastor yucatanensis) y la rana de casco (Triprionpetasatus), son especies de anfibios exclusivas de Quintana Roo, Yucatán y Campeche.

La investigación del doctor José Rogelio Cedeño Vázquez, especialista en Sistemática y Ecología Acuática, señala que el universo de anfibios y reptiles (herpetofauna) está compuesto por un grupo único de 134 especies, de las cuales el 18% está considerado como endémico, lo que significa que habitan únicamente en esta región del mundo.

Señaló que existen 24 especies de anfibios y reptiles únicas de Quintana Roo, Yucatán y Campeche, las cuales se encuentran incluidas en alguna categoría de riesgo en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-Semarnat 2010 para la protección de especies de flora y fauna silvestres nativas de México, debido a que por ser endémicas de esta zona son más vulnerables a la acción humana o a otros elementos ambientales, como huracanes e incendios.

“Hay tres especies de anfibios exclusivas de la Península de Yucatán: la salamandra lengua de hongo yucateca, que posee un aspecto muy delicado, su respiración es a través de la piel; la rana de lluvia, cuya singularidad es que no depende del agua para su reproducción, esta ranita deposita los huevos fecundados en sitios húmedos, de los cuales eclosionan la diminutas crías con la misma forma de los adultos, sin tener que pasar de renacuajo, esta especie sólo se encuentra en Quintana Roo y Yucatán, y la rana de casco yucateca, que tiene la habilidad de refugiarse en las grietas o huecos de árboles o rocas, sellando la entrada con las estructuras óseas desarrolladas sobre su cabeza, evitando así ser consumida por algún depredador como las serpientes”, expuso.

Cedeño Vázquez lamentó que, como la mayoría de las especies silvestres se encuentran amenazadas, debido a la destrucción o modificación de su hábitat natural, la contaminación ambiental, la sobreexplotación, la introducción de especies exóticas y los efectos del cambio climático.