Taxis piratas, negocio de “vivos”

Existe una agrupación de taxis piratas afín al PRI, con decenas de socios y una fuerte cartera de clientes  

Sin placas de taxi ni concesiones por parte del gobierno del Estado, decenas de personas utilizan sus automóviles privados para ofrecer el servicio de transportación a la gente que busca “tarifas” más baratas. Se refieren a ellos como “taxis piratas”, y aunque emboscados, cada vez tienen más clientes, debido al ahorro económico que implica usar sus servicios antes que los del servicio formal que funciona en la ciudad y algunos otros municipios del interior del Estado.

Los hay de todo tipo, como por ejemplo, quienes tienen “su base de operación” en los estacionamientos de los supermercados, esperando a la gente que sale de hacer sus compras, y proponerles el traslado a precios más accesibles.

También existen los que conducen detrás de los taxis legales por las calles de la ciudad, “cazando” a quienes piden parada y no se les dan, para luego ofrecerles el servicio, y obvio, encuentran demanda, sobre todo por cuestión de tiempo o por economía.

De acuerdo al director estatal de Transporte, Humberto Hevia Jiménez, estos taxis piratas seguirán existiendo mientras “los ciudadanos no tomen conciencia de que no es seguro utilizarlos; corren peligro porque esos vehículos no cuentan con seguro de pasajeros, y hasta pueden ser víctimas de un asalto”.

De esta manera, el funcionario estatal reconoce la existencia de ese servicio en desorden y precisó que no es necesario emplear esos vehículos, si tomamos en cuenta que en Mérida hay otras agrupaciones que si están certificadas, y el hecho de que el servicio de taxi está regulado desde hace años.

La necesidad los hizo aparecer

La mayoría de los taxistas que se desempeñan sin placas oficiales, con agrupación o no, y que circulan por calles y municipios buscando clientelas, dicen hacerlo como una alternativa de empleo ante la difícil situación económica.

“La gente busca pagar menos por lo que cuando se le ofrece un servicio más económico lo acepta”, relata “Luis”, uno de esos taxistas piratas, quien hace unos meses trabajaba para una de las agrupaciones mejor organizadas que se dedican a esta actividad, pero que se decidió salir porque nunca obtuvo una placa de taxi para trabajar en la formalidad.

Según aseguró es falso que las autoridades desconozcan su presencia pues indicó que, “cuentan con el aval de la Dirección de Transporte, al grado de que cuando los llegan a multar, ellos se encargan de hacerles un descuento para que sigan operando”.

De acuerdo al informante, se trata de un gran negocio redondo en donde están involucrados muchas personas y hasta funcionarios, y seguirá siendo solapado por las autoridades porque uno de estos grupos de taxis piratas es afín al PRI, “hasta les sirve para llevar acarreados a sus mítines”. (Para continuar leyendo este reportaje, adquiere la edición impresa de Desde el Balcón número 113)