Una vez más, el alcalde de Progreso, Julián Zacarías Curi, muestra su autoritarismo ante un posible acto de brutalidad policiaca cometido por elementos de la corporación de su municipio, al separarlos del cargo.
Sin embargo, el primer edil actúa con «tortuguismo» en la investigación del caso de un hombre que fue detenido en un operativo de alcoholímetro y que se resistió al arresto, por lo que presuntamente fue golpeado y cayó en estado de coma y falleció días después.
La Comisión de los Derechos Humanos de Yucatán (CODHEY) ya inició una investigación sobre este presunto acto de brutalidad policiaca, que pudo causar la muerte de una persona.
Pareciera que Zacarias y sus asesores, que alguna vez trabajaron con el ex gobernador de Quintana Roo Roberto Borge Angulo, creen que desviando o «cubriendo» presuntos hechos delictuosos es lo que procede en la política, sobre todo, cuando sienten que tendrán impunidad.
Qué alguien le diga al panista que jugar con las apps de «inteligencia artificial» no lo es todo. (desdeelbalcón.com).