Todo parece indicar que un simple error de redacción en el Reglamento de Protección a la Fauna fue lo que ocasionó el disgusto de grupos animalistas ya que se creyó -de acuerdo a la propuesta- que las sanciones o multas serían para las personas que dieran alimentos o de comer a los perros y gatos de la calle.
El texto pretendía decir que se sancionaría administrativamente o económicamente a quien dejara alimentos tirados en la vía pública. El alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha, consciente de ese inconveniente, echó reversa y, ahora, ese Reglamento será sujeto de revisión y consulta con grupos animalistas y sectores de la población.
Ante ello, prácticamente se desactivaron protestas que ya se estaban ventilando por el pretendido Reglamento. El alcalde meridano recibió buenos comentarios en redes sociales al escuchar los reclamos y no tener miedo a cambiar la decisión para dar paso el consenso de lo que será el nuevo Reglamento de Protección a la Fauna en Mérida.
Desde el Balcón