Yucatán produce primeras 100 toneladas de semillas de maíz criollo

La semilla mejorada Sac Beh tiene alto valor proteínico y se destinará a la producción tradicional roza-tumba-quema, en milpas locales.

Mérida, Yuc. 21 de marzo de 2015.- Con la suma de esfuerzos del sector privado y los centros de investigación, el gobierno del Estado entregará las primeras 100 toneladas de la semilla criolla de maíz mejorada Sac Beh, con un alto valor proteínico, que se destinarán a la producción tradicional roza-tumba-quema, en las milpas locales.

El gobierno del Estado, por conducto de la Secretaría de Desarrollo Rural, que encabeza su director General Carlos Carrillo Maldonado,  y en coordinación con la Fundación Produce Yucatán, apostó al resultado de un proyecto que se inició en 1998, en el Sitio Experimental Uxmal del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP): las primeras variedades de semillas de maíz criollo, con calidad proteínica, desarrolladas por el investigador Guillermo Aguilar Castillo, actualmente jubilado, después de 35 años de servicio en ese Instituto.

Para obtener las primeras cien toneladas, la transferencia tecnológica contó con el empresario Benjamín Paredes Camino, heredero de industriales de la construcción, quién incursionó en el sector agropecuario con éxito. En su rancho de Tizimín destinó una superficie de 60 hectáreas a la producción masiva las semillas del grano yucateco.

“Sac Beh es una semilla criolla de un maíz de grano blanco con calidad proteínica. Entre sus objetivos está elevar la producción de maíz en las milpas y al mismo tiempo atacar la desnutrición infantil”, explica Héctor Torres Pimentel, investigador del INIFAP.

Agregó que en Yucatán la formación de maíces de características criollas con mayores rendimientos y de calidad proteínica toma gran relevancia porque esa producción se realiza con el sistema tradicional de roza tumba quema, bajo condiciones de temporal, con variedades criollas de grano normal de bajo potencial de rendimiento y deficientes en los aminoácidos lisina y triptófano.

“De ahí la importancia del mejoramiento genético realizado en el INIFAP, que ha permitido la generación de dos variedades de maíz con calidad proteínica, “Chichén Itzá”  y “Sac Beh”, ambas con lisina y triptofano superior en un 50% al de los maíces criollos normales, y con un rendimiento factible de obtener superior a las 2.5 toneladas por hectárea, en suelos donde se realiza la siembra de maíz en la milpa”, añadió.

Torres Pimentel abundó que esas dos variedades de maíz el contenido de lisina y triptofano es superior en un 50% al de los maíces criollos, contienen el 75% de germoplasma criollo y un 25% del donador de calidad proteínica, son de ciclo intermedio tardío y poseen características innatas de los maíces criollos que les permite su adaptación a las condiciones del sistema tradicional de roza-tumba-quema. Por ahora se distribuirá sólo la variedad blanca.

“En rendimiento, esta semilla supera en más del 200% al rendimiento medio obtenido con los criollos normales que es de 800 kilos por hectárea, evaluados en las mismas condiciones y en diferentes localidades del Estado y en varias localidad en Quintana Roo y Campeche, demostrando una amplia adaptabilidad: el rendimiento promedio obtenido es de 2.5 toneladas por hectárea en la milpa donde hay suelos pedregosos y planadas y poco más de 4 toneladas por hectárea en planadas de suelo k’ankab o chac-lu’um”, añadió.

Dijo que la importancia de esa semilla radica en su coadyuvancia para reducir en la desnutrición infantil por su contenido de calidad proteínica, en el potencial de rendimiento que ofrecen y que permite dimensionar un cambio tecnológico en el sistema de producción tradicional al aprovechar de manera más eficiente el recurso suelo propiciando un uso continuo del terreno, favoreciendo la reducción de desmonte de nuevas áreas para maíz y propiciar la sedentarización de la milpa.

El presidente de la Fundación Produce Yucatán, A.C., Pedro Cabrera Quijano, destacó la importancia de producir de manera local las semillas que necesitan los milperos yucatecos, pues de esa manera se generan más fuentes de empleo y recursos en la entidad.

“Con estas semillas tenemos resultados concretos de una transferencia tecnológica gracias a la suma de voluntades, pues con el apoyo del gobierno del Estado se lleva el fruto de la investigación al campo con la activa participación empresarial”, apuntó.

Cabrera Quijano añadió que en este gran proyecto se ha contado con el respaldo del director de Agricultura de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), Luis Novelo Piña, quien ha estado muy pendiente del proceso de producción.

En contexto

La producción de ambas semillas Sac Beh inició con la siembra, en la primera semana de enero, de 60 hectáreas, en el rancho del empresario Benjamín Paredes Camino. La producción esperada de semilla certificada es de 100 toneladas para sembrar en unas 7, 500 hectáreas con buen potencial (suelos rojos o menos pedregosos).

Las características de esas semillas son: Tiene una categoría registrada, presenta estabilidad y adaptabilidad en el sistema en la Península, producen plantas con menor altura que un maíz criollo normal y con mejor sincronización de la floración. Tiene el doble de lisina y triptófano que los maíces normales. Presenta mejor rendimiento.