Al-Shabab ejecuta a 36 por no ser musulmanes

Un comando ingresó al campamento de una cantera mientras los trabajadores dormían; el Presidente destituyó a su ministro del Interior y al jefe de la Policía.

NAIROBI, 03 de diciembre de 2014.– El grupo terrorista somalí Al-Shabab perpetró ayer una nueva matanza en Kenia al ejecutar con un disparo en la cabeza a 36 trabajadores de una cantera del noreste del país por no ser musulmanes.

El ataque ocurrió a las 2 de la madrugada, hora local, en el campamento de la cantera de Koromei, a pocos kilómetros de Mandera, donde hace diez días la milicia asesinó a otras 28 personas de un modo similar.

Hombres fuertemente armados irrumpieron en el recinto y trataron de identificar a los trabajadores musulmanes. A los que no profesaban esta religión se les disparó en la cabeza, y algunos incluso fueron decapitados, según fuentes policiales.

“Hemos perdido a 36 personas, pero otras desaparecieron”, agregó un responsable policial, que pidió el anonimato. “Nosotros ignoramos si fueron secuestrados por los atacantes”, añadió.

Al-Shabab reivindicó el ataque en un comunicado difundido por la radio somalí Al Andalus: “En otra exitosa operación llevada a cabo por los muyaidín, cerca de 40 cruzados kenianos encontraron la muerte después de que una unidad de la brigada Saleh Nahban los atacara la pasada medianoche”.

La milicia islamista lo justificó como una respuesta “a la ocupación keniana de tierras musulmanas” y advirtió que “forma parte de una serie de ataques planeados” en este
país.

“Nosotros continuaremos defendiendo nuestra tierra y nuestro pueblo ante esta agresión. No haremos ninguna concesión (…), seremos implacables con los infieles”, amenazó el grupo extremista.

Estas ejecuciones ocurrieron horas después de otro ataque en la ciudad de Wajir, que al igual que Mandera se encuentra a poca distancia de la peligrosa frontera con Somalia, desgarrada por la guerra.

El lunes, hombres armados lanzaron granadas y abrieron fuego en un bar, dejando un muerto y 12 heridos entre los clientes, muchos de los cuales no eran originarios de esa región, cuya población pertenece mayoritariamente a la etnia somalí, es de religión musulmana. Ese ataque tampoco fue
reivindicado.

Diez días antes, otro supuesto comando del mismo grupo terrorista interceptó un autobús en el noroeste de Kenia y ejecutó a 28 de sus 60 pasajeros después de identificarlos como no musulmanes.

En Kenia se han registrado numerosos atentados desde la intervención de sus fuerzas armadas contra los shebab en el sur de Somalia, en 2011.

Las tropas de la Unión Africana se les unieron más tarde. Los islamistas sufrieron numerosos reveses perdiendo progresivamente muchos de sus bastiones en el sur, pero en represalia lanzaron ataques y atentados en Kenia.

El peor de esos atentados tuvo lugar en septiembre de 2013, cuando un lujoso centro comercial en pleno corazón de Nairobi sufrió un ataque que dejó 67 muertos, entre los cuales había clientes, comerciantes y policías.

A medida que la presión de las fuerzas de seguridad se acentuó sobre los musulmanes en Kenia, los shebab se presentaron como defensores de esa comunidad, minoritaria a escala del país, pero mayoritaria en la región de Mombasa y en el noreste.

Gobierno declara la guerra

Tras el ataque de ayer, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, destituyó al ministro de Interior, Joshep Ole Lenku, y al jefe de la Policía, David Kimayo.

“No vamos a retroceder ni ceder en nuestra guerra contra estos terroristas, que están tratando de establecer un califato extremista en la región”, afirmó el mandatario en un discurso a la nación.

El Presidente dijo en su mensaje que el general retirado y actual diputado opositor, Joseph Nkaissery, podría sustituir a Ole Lenku.

El atentado terrorista también provocó la condena de Estados Unidos, que reiteró su apoyo en la lucha antiterrorista al gobierno keniano y a sus socios en la región.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el asesinato de los 36 trabajadores y exigió que los autores de la matanza sean llevados ante la justicia.