Estoy contento por el debut, pero tengo claro que no he logrado nada todavía, señaló el delantero yucateco.
Mérida, Yuc. 16 de febrero de 2015.- El esfuerzo cotidiano y las ganas de hacer realidad un sueño finalmente cristalizaron para Carlos Iván “Chivo” Rosel, joven futbolista yucateco de 19 años de edad, que este fin de semana debutó portando el número 247 en el máximo circuito del fútbol mexicano con las Aguilas del América, actual campeón de la Liga MX.
El “descarado” como lo bautizó Gustavo Matosas, director técnico de las Águilas ordenó el ingreso del yucateco en sustitución de Cristian Pellerano al minuto 80 el sábado pasado, cuando su equipo goleó a los Jaguares de Chiapas 5-0 en el estadio Azteca, en partido de la jornada 6 de la Liga MX.
Esta mañana, Carlos llegó a las oficinas del Instituto del Deporte de Yucatán (IDEY) para platicar con los medios de comunicación sobre su debut en el fútbol de primera división.
“No fue fácil, fue un proceso que inicio hace 6 meses cuando llegué a la cancha 4 en las instalaciones de fuerzas básicas del América para un visoreo que me dio la oportunidad de quedarme en el equipo sub 20, hoy entreno y juego en la cancha 1”, dijo.
Sin embargo, gracias a su esfuerzo y buen juego, pero sobre todo a su empeño por lograr lo que quiere, el Chivo fue detectado por Gustavo Matosas que de inmediato lo pidió para el primer equipo.
Carlos Iván Rosel Bermont empezó a jugar al fútbol a los 6 años en el equipo de su barrio, con los Tigres de San Nicolás del Sur, como cualquier chiquillo de su edad su único propósito era divertirse, pero el destino y su ímpetu lo llevaron por otro camino. Los buscadores de talento de inmediato detectaron posibilidades más allá de las habilidades deportivas: Hambre y un sueño bien definido.
Con el Cepillo Peralta como modelo a seguir, el “Chivo” Rosel perfeccionó técnica y superó los obstáculos naturales de este deporte gracias a su sed de triunfo y ganas de superación, es así como los “caza talentos” lo llevaron primero a la escuela de fútbol de colegio Rogers y de ahí a la selección yucateca de fútbol con la que se coronó campeón en la categoría “Benito Juárez” (16-18 años).
Posteriormente, con la ayuda de Normando Rivas empezó a tocar puertas en equipos como Pumas y Santos, pero en ambas ocasiones le dieron las gracias; estaba claro que su destino no era rugir ni ser un guerrero, sino volar muy alto, en el nido de Coapa, casa de las águilas, le dieron la oportunidad de iniciar el vuelo.
Con el carácter de un profesional pero con la emoción propia de su edad aún aflorando por sus poros, Carlos Iván comenta –con una sonrisa de satisfacción en sus labios-, mi debut se lo dediqué a mi familia, principalmente a mi mamá, se lo di como regalo de cumpleaños adelantado. (Doña Margarita Bermont, madre del futbolista cumple años el próximo 27 de febrero).
Al hablar de su familia, el entrevistado dice: Este logro es gracias a ellos, solamente sigo las enseñanzas que he recibido toda mi vida y que son la de no rendirse nunca, no conformarme y seguir adelante por difícil que sea el camino.
No obstante los 10 minutos de fama que ya consiguió esta promesa del balompié, subraya convencido: “Estoy contento por el debut, pero tengo claro que no he logrado nada todavía, que debo seguir trabajando para conseguir lo que quiero, y que en este momento es la consolidación de mi carrera y ser parte de la Selección Nacional Sub-20, de donde ya he recibido algunos comentarios respecto a la posibilidad de un llamado, y más adelante, por qué no, estar en la Selección Mayor”.
Con Carlos Iván Rosel Bermont ya son doce los futbolistas yucatecos que han debutado en el máximo circuito del fútbol mexicano. (Javier García/activate.com)