Fumigaciones aéreas deberían prohibirse

En los últimos años ha incrementado el uso de estas fumigaciones en Yucatán, ocasionando daños ambientales y a la salud

Mérida, Yucatán, 27 de agosto del 2017.- El titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), Eduardo Batllori Sampedro declaró que las fumigaciones aéreas deberían estar prohibidas en Yucatán, debido a los daños que ocasionan al medio ambiente y a la salud humana.

El funcionario estatal explicó que las sustancias con las que se realizan las fumigaciones aéreas son cancerígenas, como es el caso del glifosato.

Asimismo, cuando son herbicidas de amplio espectro pueden afectar a abejas y aves, además de que se produce “bioacumulación”, fenómeno que se da cuando un organismo se alimenta de otro que está contaminado, de modo que la cadena puede llegar incluso al humano.

Batllori Sampedro señaló que en los últimos años ha incrementado el uso de estas fumigaciones en el estado, sobre todo en la región oriente y en los cultivos de soya transgénica.

“Está creciendo su uso por la agroindustria que está sembrando en grandes extensiones, hasta 500 mil hectáreas, por lo que la fumigación manual directa se hace un poco difícil, entonces se empiezan a utilizar avionetas para fumigar todas estas grandes extensiones de terreno”, detalló.

Así mismo, expresó que actualmente no existe una ley que regule las fumigaciones aéreas. “No hay una reglamentación que yo sepa, entonces no tenemos un comité integral para la prevención y control de agroquímicos”.

Añadió que las Secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la de Salud son las dependencias que pudieran tener mayor control sobre este tipo de fumigación.

El titular de la SEDUMA comentó que se debe favorecer la producción más limpia y fomentar la agricultura orgánica, el control biológico de plagas y otros procesos agroecológicos para evitar la fumigación aérea.

“Tendríamos que ir venciendo los temores y las resistencias generadas después de años de estar utilizando agroquímicos. Han creado arraigo en los productores por el temor de que no funcionen bien otros métodos.  Hay que recuperar la cultura orgánica que existía antes de que aparecieran los agroquímicos”, concluyó. (Lilia Balam).