Matan a hombre en aeropuerto de París

Intentó robarle un arma a una militar que participaba en el dispositivo de vigilancia antiterrorista

París, 19 de marzo de 2017.- Un hombre murió este sábado por la mañana por disparos de la policía en el aeropuerto de Orly, al sur de París, tras intentar robarle un arma a una militar que participaba en el dispositivo de vigilancia antiterrorista.

 

Horas antes el hombre había disparado a otro agente en un control policial al norte de París. La escapada terminó con un tiroteo en la terminal aérea que reavivó el temor a un nuevo atentado terrorista en Francia, todavía bajo tensión por la ola de ataques en los últimos dos años. No hubo heridos.

 

El agresor, Ziyed Ben Belgacem, era de nacionalidad francesa y tenía 39 años. Tenía antecedentes por episodios de robo y estupefacientes y, era conocido por su radicalización durante una de sus estancias en prisión.

 

«Estoy aquí para morir por Alá, de todos modos habrá muertos», dijo antes de abalanzarse contra una mujer integrada en una patrulla de tres aviadores del Ejército del Aire.

 

«La lanzó al suelo. Intentó quitarle el arma. Ella consiguió mantenerla. Sus camaradas creyeron necesario, con razón, abrir fuego para protegerla y proteger el público que se encontraba allí, lo hicieron con una profesionalidad y una sangre fría destacables», relató el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian. El forcejeo, que ocurrió a las 8:30 de la mañana, hora local, duró unos dos minutos.

 

No están claras ni las motivaciones de Belgacem. El asalto parece el destino final de unas horas de crescendo violencia, una huida hacia ninguna parte que pudo acabar con una gran matanza el segundo aeropuerto del París. Los investigadores tampoco tienen claro cómo ni por qué este delincuente de poca monta acabó abrazando de alguna forma la causa, o como mínimo la retórica, del terrorismo islamista.

 

El fiscal de la República de París, François Molins, justificó en una rueda de prensa el carácter terrorista de la investigación por tres motivos. Primero, por la elección del objetivo, tres miembros de la Operación Centinela, puesta en marcha después del atentado en el semanario Charlie Hebdo, en París, en enero de 2015. En el marco de esta operación, 7.000 soldados están desplegados en el territorio nacional.

 

El segundo motivo es la constatación de que el individuo se radicalizó, probablemente en prisión. Un proceso que se ha observado en otras ocasiones y que suscita la hipótesis preocupante de que las prisiones europeas se estén convirtiendo en una fábrica de terroristas. El tercer motivo es la propia declaración del agresor antes de atacar a la aviadora.

 

Existen indicios de que Belgacem no era un integrista religioso. En una mochila, además de un bidón de gasolina, llevaba cigarrillos, y en su vivienda la policía encontró cocaína. El relato de sus últimas horas sugiere la concatenación de incidentes más que una trama elaborada.

 

Todo empezó a las 6:55 de la mañana cuando una patrulla paró a Belgacem en la localidad de Garges-lès-Gonesse, al norte de París, por circular exceso de velocidad y sin luces. Belgacem sacó un revólver y disparó, hiriendo a uno de los agentes. Desde allí se dirigió a un bar en Vitry-Sur-Seine, al sur de París, donde irrumpió profiriendo amenazas. A unos cinco kilómetros de allí, abandonó el vehículo y robó a mano armado otro, con el que llegó a Orly.

 

La policía interrogó a su padre y hermano, que se entregaron voluntariamente. Tras el primer incidente, habían recibido un mensaje por teléfono que decía: «He hecho una tontería, he disparado a la policía».

 

El aeropuerto de Orly fue parcialmente evacuado y los vuelos quedaron suspendidos durante unas horas. La fiscalía antiterrorista ha asumió la investigación.

 

«El presidente de la República [François Hollande] reafirma la determinación del Estado a actuar sin reposo para luchar contra el terrorismo, defender la seguridad de nuestros compatriotas y asegurar la protección del territorio», dijo el Palacio del Elíseo en un comunicado.