Olores con sabor a muerte

El mercardo Lucas de Gálvez ‘sufre’ la vorágine anual por los Días de Muertos

Mérida, Yucatán, 30 de octubre de 2019.- El mercado Lucas de Gálvez lució lleno de colores y sabores un día antes de que comience el Día de Muertos. Miles de personas abarrotaron el centro de abasto en busca de flores, insumos para el pib, dulces y otras cosas para sus altares.

Sin embargo, algo que se dio a notar fue la presencia cada vez más fuerte del culto a la Santa Muerte. Precisamente en estos días, se observó a la efigie representativa coexistir con santos como San Judas Tadeo, Santo Cristo Redentor y hasta la Virgen de Guadalupe.

En tanto los devotos de esta religión compraban velas e incienso, los católicos se volcaban sobre las flores, de todos tipos, que adornarán las tumbas de sus finados.

Una de las vendedoras de estos ornatos señaló que es justo hoy y mañana cuando los meridanos se vuelcan al mercado a adquirir las flores, en busca de que lleguen lo más frescas posibles al camposanto.

La comerciante señaló que la venta iba por buen camino, pero que esperaban que conforme avanzaran las horas, más y más personas les compren sus mercancías.

De la misma manera, se observó a decenas de personas ávidas de adquirir ropa tradicional de Yucatán, como guayaberas e hipiles. Esto, a decir de Jessica Solís, dueña de una tienda de ropa, porque las escuelas están buscando que los niños conozcan el Hana Pixán antes que el Halloween, por lo que les piden que lleven el traje típico del estado.

En contraparte, en varias tiendas se ofertaban disfraces para esta fiesta pagana. Se podían ver camisas de calaveras, brujas y todo tipo de monstruos.

En el mismo recorrido, una de las paradas obligatorias es la que se hace por los dulces. Mazapanes, palanquetas, cocadas y por supuesto, las tradicionales calaveritas de azúcar, adornan las mesas de decenas de oferentes.

En estos productos se da un fenómeno que sorprende a muchos compradores: lejos de aumentar su precio por las fechas, los vendedores los ofrecen a un costo menor que en días “normales”, propiciando que algunas personas se lleven hasta 20 piezas.

A unos puestos de distancia, estaban las llamadas palanganeras, quienes tienen todo para el pib. Espelón, cilantro, cebolla, masa… Eso sí, a un precio más elevado de lo normal.

Y junto a ellas, un carrito de comida que ya sacó sus propios mucbilpollos, para quienes no puedan esperar a que se desentierren los propios.

Esta vorágine de compras no se detiene hoy. Este jueves, Día de los Muertos Chiquitos, los niños, continuarán las compras que el 1 y 2 la oleada de fieles se traslade a los diferentes cementerios de la ciudad.

Jorge Eduardo Herrera Correa