Líder empresarial afirma que frenar parques eólicos y fotovoltaicos alejaría la inversión del Estado
Mérida, Yucatán, a 9 de enero de 2021.- El sector empresarial ven con preocupación un nuevo ataque del Gobierno Federal a los proyectos de energías renovables en Yucatán, pues la CFE culpa a los parques eólicos y fotovoltaicos del mega apagón ocurrido en la recta final del año.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) aseguró que el apagón del pasado 28 de diciembre se debió a fallas del sistema, que fueron ocasionadas por el exceso de generación de energía renovable en el país, por lo que el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) amenazó con limitar el desarrollo de estos proyectos.
Al respecto, el presidente local del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Alberto Abraham Xacur, afirmó que los problemas que asegura la CFE causan las energías renovables tienen solución mediante equipos técnicos necesarios.
“Vemos que las declaraciones de la CFE como un pretexto para seguir quemando el combustóleo que produce Pemex, como un subproducto de la refinación de gasolinas; esta política no solo amenaza el desarrollo de energías renovables en México sino que implica tener energías más caras y contaminantes”, afirmó el líder empresarial.
Manifestó que para Yucatán, donde existe un gran potencial para el desarrollo de energías limpias como la eólica y fotovoltaica, “sería un retroceso a la inversión y desarrollo, ya que pone en duda la viabilidad de los proyectos pendientes”.
Puntualizó que en Yucatán el sector empresarial y el Gobierno Estatal “debemos seguir presionando para que la Secretaría de Energía tome las decisiones correctas para la ciudadanía y no para sus intereses particulares”.
En Yucatán operan tres parques de energía eólica en Tizimín, Dzilam de Bravo y Progres, así como dos parques de energía solar, uno en Peto y otro también en Progreso, los cuales satisfacen el consumo energético de la entidad en casi 50 por ciento, lo que pone al Estado a la altura de países como Alemania, Dinamarca y Finlandia.
Jorge Euán