Llevan tecnología a comunidad maya

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Académicos y estudiantes fomentan prácticas agroecológicas con familias de Yaxunah

Mérida, Yucatán, 25 de octubre de 2020.- Académicos y estudiantes universitarios desarrollan un proyecto que impulsa el empoderamiento social y la transferencia tecnológica en una comunidad maya del oriente de Yucatán.

Se trata del proyecto “Mejor calidad de vida para Yaxunah: hacia una solución integral”, el cual fue premiado con el segundo lugar en el concurso de carteles del Congreso Nacional e Internacional de Servicio Social y Voluntariado Universitario de la Universidad Iberoamericana de Puebla.

“Se trata de una iniciativa derivada del proyecto ‘Compartiendo tecnologías limpias y buenas prácticas agroecológicas con familias de Yaxunah’, que realiza la Unidad de Proyectos Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en conjunto con la Fundación Kellogg”, señaló el responsable del plan, Lifter Ricalde Cab.

Explicó que desde hace tres años trabajan en ese poblado, perteneciente a Yaxcabá, con actividades como la utilización de un módulo solar y una bomba que es alimentada por la energía que produce el panel solar.

Comentó que uno de los objetivos del es el empoderamiento social y la transferencia tecnológica, para que los habitantes identifiquen las necesidades de su comunidad, desarrollen actividades agroecológicas, aprendan a usar de forma eficiente los recursos y las tecnologías, como son los sistemas de bombeo.

Indicó que la metodología se estableció mediante un diálogo con 49 hogares de la comunidad a través de entrevistas y encuestas, “con el fin de conocer a detalle sus necesidades y las oportunidades de implementación del proyecto”.

“También, se les han enseñado nuevas prácticas agroecológicas como dejar de usar pesticidas, generar composta limpia, establecer sistemas de uso adecuado, entre otras cosas”, apuntó Ricalde Cab.

Comentó que también desarrollan la implementación de biodigestores domésticos, que recibieran excretas humanas y residuos orgánicos para obtener biogás, que les sirva para cocinar, y fertilizante líquido para potenciar el cultivo de traspatio.

“Con estas acciones, los jóvenes que participan en las actividades tienen la oportunidad de vivir un ambiente real de aprendizaje, conocen las necesidades de las comunidades y a partir de esta formación pueden identificar problemáticas y proponer soluciones”, concluyó.

Jorge Euán